La Organización Mundial de la Salud definió ‘Salud mental’ en 2013 como «estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad».
Es por esto por lo que en cualquiera de las situaciones que no dé resultado la definición anterior estaremos hablando de perdida de salud o de estar aún en camino para alcanzarla.
El día 10 de octubre es el día Mundial por la Salud Mental. Toca reseñar esta fecha en el calendario porque no son pocas las circunstancias que merman nuestro bienestar emocional en el día a día, no son pocos los problemas graves con relación a la Salud mental en nuestras sociedades y es demasiado el desconocimiento de la población de las causas, medios de atención y papel en el apoyo a las personas con una enfermedad mental.
Si echamos la vista atrás, los últimos años se ha hecho un gran trabajo en la mejora de la salud, en campañas para la prevención y detección precoz de problemas, con relación a nuestro bienestar físico, pero, por desgracia, no se ha avanzado tanto en el conocimiento de qué podemos hacer por nuestro bienestar emocional. Lanzamos una pregunta: ¿sabría responderme si le pregunto por cinco pautas de cuidado físico para prevenir enfermedades? ¿Y si la cambio por cinco pautas de higiene mental?
Cada año la Organización Mundial de la Salud señala un ámbito con relación a la Salud mental; este año enfoca hacia los niños y adolescentes, trasladando a todos los países la importancia que tiene aumentar la resiliencia de nuestros jóvenes y abordar la prevención de problemas emocionales, ofreciendo herramientas útiles basadas en evidencia científica. No es casual; en un mundo en continuo cambio, es necesario asentar bases personales y tener a mano herramientas para afrontar situaciones complejas y novedosas, sin sucumbir en la incertidumbre y derrumbarnos ante las adversidades.
Según estadísticas internacionales uno de cada cinco niños a lo largo del mundo tienen problemas de Salud mental, y más de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años, los trastornos mentales y aquellos ligados al consumo de tóxicos son la principal causa de discapacidad a lo largo y ancho de la Tierra, y más de 800.000 personas se suicidan cada año. Estas cifras alarmantes no correlacionan con la percepción social de la problemática de la Salud mental, o con la inversión en los presupuestos generales, por lo que las personas afectadas y sus familias sufren las dificultades de acceso a tratamientos especializados, la escasez de medios, el estigma social, la vulneración de Derechos Humanos y altas y duras barreras para el ejercicio pleno de ciudadanía.
El estigma social hacia las personas con un trastorno mental y sus familias es una pesada mochila que tienen que soportar. Aminorarles la carga pasa por el conocimiento real de las limitaciones, desmitificar lo que suponer un trastorno mental y promover la inclusión efectiva en todas las esferas sociales: formativas, laborales, sociales, culturales, etc.
Al igual que en los problemas de salud física, en Salud mental el malestar es gradual; incluso en problemas de larga evolución, es importante comprender que la persona pasa por diferentes etapas y momentos, es por ello por lo que las redes de atención deben ser plurales y flexibles para poder dar diferentes respuestas en función de las necesidades que se presentan.
Al igual que la salud en general es cosa de todos, la Salud mental también lo es y en el momento actual nos enfrentamos a grandes retos que deben estar presentes en las agendas públicas y políticas, como son:
– La salud infanto-juvenil.
– La prevención del suicidio.
– La lucha contra el estigma, con información real y fidedigna.
– La atención psicosocial en situaciones de emergencia y catástrofe.
– El empoderamiento de las personas con trastorno mental grave y su familia.
– La participación plena de la persona con un problema de salud mental en todas las esferas públicas: educación, empleo, vivienda, cultura, etc.
La recuperación en Salud mental es posible, y en ella la comunidad, el entorno de la persona, es fundamental. Con o sin un problema de salud todos buscamos sentirnos útiles, sentirnos capaces y sentirnos realizados, para ello es imprescindible tener oportunidades para ello.
Es importante lanzar un mensaje de esperanza, el abordaje del malestar emocional es posible y real en el día a día; aún quedando muchas cosas por alcanzar, son muchos los muros derribados ya. Si lees esto y pasas por un momento complejo, o si solo quieres conocer más, comenta con tus profesionales del ámbito de la salud más cercano, ellos te podrán orientar.
Carolina Mogollón Rodríguez
Miembro de la comisión de ética en Clínica San Miguel-Línea de Rehabilitación Psicosocial de Hermanas Hospitalarias
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