Dieta de palabras. Grada 131. Energía positiva

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Álvaro Roa

En este inicio de año son muchas las personas que deciden marcarse nuevos propósitos para cumplir. Después de atiborrarnos de comida en las fechas navideñas, uno de los más repetidos es el de ponerse a dieta, llevar una alimentación más sana y equilibrada.

Pero casi nadie percibe otro exceso que tenemos en nuestros días, extendido globalmente, y es la introducción de palabras en nuestro organismo bien sea a través de nuestros oídos o de la vista.

¿Alguna vez te has planteado cuántas palabras entran en tu organismo cada día? En estos tiempos sufrimos un bombardeo constante, al que nos exponemos unas veces más voluntariamente que otras, pero continuamente estamos recibiendo palabras y más palabras que nuestra mente recibe y procesa como puede.

Cada día, a través de dispositivos móviles, televisión, radio, revistas o libros nos tragamos sin poner filtro alguno palabras y palabras, cada una con su significado e interpretación que hacemos de ella. A veces nos defendemos diciendo que queremos estar informados, pero pienso que hemos superado el límite y más que informados estamos saturados.

Jamás en la historia hemos tenido tanto acceso ni hemos sido tan vulnerables a la invasión de palabras externas. Ese cúmulo de letras enlazadas hace muchas veces que nos sintamos agotados y sin fuerzas, y es lógico. A nivel subconsciente la mente está trabajando mucho más que en anteriores generaciones interpretando y dando forma a toda esa información.

Es por esto por lo que considero importante que busquemos espacios de silencio, de tranquilidad, de momentos en paz, sin escuchar ni ver nada, ni siquiera leer un libro. Y considero que leer un libro es la mejor de las maneras de introducir palabras en nuestro interior, pero en el actual ritmo que llevamos es importante sacar momentos para encontrar esa calma.

Hay muchas personas que antes leían mucho y ahora les cuesta más, se cansan antes o no les apetece. Es normal. Con tanta información que recibimos, muchas veces estamos agotados y pensamos que leyendo nos vamos a relajar, y lo que nos encontramos es que no nos entra ni una letra más.

Reducir nuestro consumo de letras, palabras y frases externas nos hará mucho bien, más del que puedes imaginar. De la misma manera que hay personas con sobrepeso en forma de kilos, hoy en día somos muchos los que tenemos alto riesgo de sufrir sobrepeso informativo.

Cuando uno va cargado de noticias, mensajes, emails, llamadas, anuncios y otros reclamos publicitarios se siente pesado, lento, falto de reflejos y no entiende qué le está pasando. Es fácil ver los kilos de más en un cuerpo, pero ver el sobrepeso informativo es muy difícil, ya que es una losa invisible que todos soportamos y que, si no nos tomamos momentos de relajación, no la veremos jamás.

Este bombardeo de palabras produce además el efecto de la pescadilla que se muerde la cola; es decir, nos produce un vacío interior que creemos que podemos llenar con más información insana, que a su vez produce más vacío y sinsentido.

Los beneficios de realizar una dieta de palabras son mucho más rápidos de lo que cualquiera puede imaginar. Hay muchos consejos sencillos que te ayudarán a reducir este consumo inconsciente y normalizado.

Elimina notificaciones de redes sociales, emails y noticias en móviles, tabletas y ordenadores. Reduce a la mitad ver telediarios y televisión en general, así como los periódicos. Aumenta tus momentos en silencio bien a través de la meditación o sencillamente contemplando lo que ves. Ojalá las palabras de este artículo te ayuden a sentirte más vital y enérgico muy pronto.

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En este inicio de año son muchas las personas que deciden marcarse nuevos propósitos para cumplir. Después de atiborrarnos de comida en las fechas navideñas, uno de los más repetidos es el de ponerse a dieta, llevar una alimentación más sana y equilibrada.
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