El salmantino deleitó a profesores y alumnos con un amplio abanico creativo presente no sólo en sus versos y descubrió a los presentes una poesía encerrada en los objetos cotidianos .
Los ríos Tormes y Guadiana unieron sus aguas de la mano de Carlos Blanco. El pasado 12 de junio, festividad de San Juan de Sahagún en la capital charra, Carlos se acercó hasta Montijo para encontrarse con los chicos del CEIP Príncipe de Asturias.
No era tiempo de siembra pero seguro que la entrega y la extraordinaria capacidad del poeta para impregnar con sus versos pusieron la semilla de la poesía en muchas de las inquietas almas infantiles con las que compartió la mañana. Recitó versos, cantó poemas y cual un imán poético enredó a los chicos en sus versos. Todos los que se dieron cita aprendieron a disfrutar de la poesía a través de las variadas y originales propuestas de Carlos.
Poesía en las piedras, en los huesos, en cualquier objeto cotidiano… fue saliendo de la mochila del poeta que, como un juglar medieval, heredero de la lírica y forma de hacer tradicional acabó atrapando a su público en el hilo de sus versos.
Carlos descubrió su amplio abanico creativo presente no sólo en sus versos. La vida poética encerrada en los objetos cotidianos, sus delicadas ilustraciones para ‘La bruja Piruja’ o los juegos populares y, al final, el valor añadido de sus libros enriquecidos por sus dedicatorias: pequeñas obras de arte.
El CEIP Príncipe de Asturias agradeció enormemente la visita de Carlos Blanco y se ganó el aprecio y reconocimiento de todos los chicos y profesores de Montijo.
Fotografía: CEDIDA
