Javier Feijóo
Del libro ‘¡Asina! Sentimientos en castúo’
… Las cuadrillas colocás,
mu pendientes del encuentro,
con el capote plegao
jacen d’estatua mu quietos;
y el diestro mu decidío,
de plata y oro su terno,
ciñéndose’n chicuelinas
arrima’l toro al jamelgo.
La puya espera’l embite
y le traspasa’l pellejo
cuando’l toro s’arremete
y s’empotra contra’l peto.
El caballo pierde manos
acusando’l forcejeo;
los monosabios detrás
y el picaó con su peso
jacen qu’el toro s’aparte
entrando al quite del diestro.
En los medios quea’l astao
frente por frente al torero;
se miran fijo a los ojos
veriguando’l pensamiento;
y el diestro, montera en mano,
pide ya el cambio de tercio;
el presidente lo niega
(es de primera este rueo).
Acatando la ordenanza
y cánones del toreo,
se güerve pa’l picaó
iciéndole dende lejos:
– ¡Corto puyazo’l segundo.
Quieo bregá con él entero!
El de varas jace caso
queando’l brazo mu suelto
y deja’l toro cebase
con el estribo y el peto
arrempujando al caballo
empotrao en el burlaero. …
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