Genealogía XLI. Grada 103. Carlos Sánchez

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En este número doble para los meses de julio-agosto vamos a disertar sobre las relaciones genealógicas de los extremeños con nuestros vecinos los portugueses. Una gran proporción de extremeños tenemos un poco de sangre portuguesa; yo mismo soy un ejemplo, pues mi abuela paterna nació en Lisboa de padre español y madre portuguesa.

Desde la Edad Media vivir en una región fronteriza, ya sea formando parte del Reino de León, de la Corona de Castilla, o de España, hace posible facilitar los trasvases de población, principalmente entre personas que viven en localidades cercanas a un lado y otro de la Raya, donde muchas veces se han llevado a cabo matrimonios mixtos entre personas de los dos países, que se pueden ir a vivir a la localidad de donde es la pareja, siempre en épocas de paz, cuando no había guerra entre los dos países.

También ha habido cambios de población por guerras o por exilios por cualquier razón, como algunas familias nobles de Portugal a España en el siglo XIV; o judíos de España a Portugal, ya sea por la expulsión de 1492 o posteriormente por la Inquisición; asimismo, durante la Guerra Civil española muchos extremeños huyeron a Portugal.

Si queremos averiguar información sobre nuestros antepasados portugueses lo tendremos más fácil que en España, pues nuestros vecinos han tenido la genial idea de subir los datos de sus registros parroquiales, que los mormones habían microfilmado de sus parroquias, a una sola web llamada http://tombo.pt

¡Qué envidia!, mientras aquí pasa lo que pasa. Pueden ser más débiles económicamente, pero en algunos temas son mucho mejores, también en Genealogía, dado que se puede ver el respeto por sus antepasados y por lo que vivieron o construyeron, lo cual ha permitido que se perpetúen en el tiempo.

Los portugueses no ponen sus apellidos como los españoles; primero ponen el apellido de la madre y después el del padre; y en el caso de la mujer se añade el primero del marido. Por lo tanto, si tenemos que buscar a nuestros antepasados debemos de hacerlo de otra forma, tenemos que cambiar los esquemas, pensando que el hijo no debe tener como primer apellido el del padre y como segundo el de la madre, como en España.

Que muchos portugueses y españoles, en este caso extremeños, sepamos que tenemos antepasados del otro país debe favorecer que seamos personas más sabias y más abiertas, en contra de un posible nacionalismo y reivindicando tener un similar lugar de nacimiento o tener una misma sangre, lo cual hace considerar a los demás menos que tú por no tener ese origen o esa sangre, no como en otras partes de España.

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