Especial 100 números de Grada. Carmen Tristancho / Enrique Trabadela

Léelo en solo 4 minutos !!

El proyecto de todos los extremeños
Carmen Tristancho

Tengo la gran suerte de formar parte de la ‘familia de Grada’ desde hace siete años. ¿Ya? ¿Siete años?
Cómo pasa el tiempo, cómo pasan los números, pero sobre todo, cómo pasamos el tiempo con las personas que nos quieren, que nos animan, que nos dan alas para seguir luchando y así poder decir bien alto “¡mira lo que hemos conseguido!”.

Somos la primera revista, y seguramente la única, que contiene un cuadernillo íntegro para y por las personas con discapacidad; somos la revista ‘de los otros contenidos’; somos la revista que da el protagonismo a los extremeños y a las extremeñas, enseñándonos desde sus amplias perspectivas nuestra tierra, ¡porque la hacen grande, más grande si cabe! ¡Pero sobre todo para mí! Grada ha supuesto hacerme grande como persona, acercarme a mi tierra, tener la capacidad de admirar a todos nuestros colaboradores, que son los pilares de Grada en estos años de andadura.

Y como experiencia personal no tiene precio poder hablar de vinos, bodegas, enólogos, bodegueros y viticultores todos los meses. Vinos que les acercamos para que los descubran, como se descubre un pequeño tesoro. Tenemos grandes vinos con muchos premios, tanto nacionales como internacionales, que llevan el nombre de nuestra región por todo el mundo, sirviendo de escaparate enológico y turístico al mismo tiempo que representan la gran calidad de la tierra que los ve nacer, con una vasta extensión de viñedos en los que cada año se elaboran más y mejores vinos. Ya no somos región solamente de graneles, ahora somos tierra de calidad, de trabajo duro y de orgullo por lo mucho conseguido por nuestros viticultores, enólogos y bodegueros.

La lucha de esta revista por servir de altavoz a los más desfavorecidos siempre estará presente, pero nuestra lucha desde Grada estará enfocada también a difundir la gran calidad humana y profesional de las personas que cada mes ocupan nuestra portada; estaremos siempre ahí, escuchando, mirando, trabajando y pensando qué podemos hacer para ofrecer lo mejor a nuestros lectores, que son el motor que nos mueve para seguir dándolo todo.

Desde este pequeño espacio que hoy dedicamos a nuestro centenario queremos dar las gracias a nuestros lectores por su fidelidad y cariño incondicional, que es lo que nos da fuerzas para seguir avanzando, incluso por caminos duros de llevar, aunque gracias a sus ánimos se convierten en carreteras fluidas por donde seguimos avanzando para mejorar. Muchísimas gracias a todos nuestros lectores.

Y lo más importante, formar parte de la ‘familia de Grada’ me ha animado a seguir luchando por este bonito proyecto, que ya nos atrevemos a decir que es el proyecto de todos los extremeños.

Es bueno parar un momento.
Enrique Trabadela

Quienes me conocen saben que este no es mi sitio habitual; tengo la suerte de que Grada cuente con un gran portavoz y con una mejor directora, y que la imagen pública de esta revista y de todo el proyecto empresarial que hay detrás está bien cubierta por José Antonio y Carmen. Pero esta es una ocasión especial, y voy a utilizar la misma reflexión que al recoger un premio que nos dio la Fundación Igualdad Ciudadana, cuando me tocó sustituir a Carmen.

Cuesta creer que estemos empezando el décimo año de la revista, el principal proyecto de Grada Ocio y Deporte; nunca me planteé que pudiésemos llegar tan lejos, simplemente es algo que ha ido sucediendo, un mes tras otro, casi sin darme cuenta. Por eso es bueno parar un momento, y poner en valor la implicación de tanta gente en una idea que era a la vez el germen de un proyecto empresarial con Paula, mi socia en esta aventura, de la que ahora podemos presumir con orgullo.

Parar y recordar nuestras primeras reuniones con empresas e instituciones en busca de financiación; con amigos que nos daban consejos; con jóvenes emprendedores de Cáceres en su ciudad (y también a mitad de camino a Badajoz, como se hacía antiguamente, en Puebla de Obando), que acabaron siendo de los primeros colaboradores en la revista y buenos amigos; las primeras revistas intentando entender las técnicas de maquetación que nos explicaban Julio, Abel o Pablo; o los misterios de aquella entrañable imprenta de Aprosuba 3.

Parar y agradecer que siempre hayamos contado con tanta ayuda; de mi hermano Javi, cuando se atrevió con la primera portada; los primeros suscriptores, que ni sabrían muy bien qué iban a recibir en casa cada mes; o los colegios de Farmacéuticos de Cáceres y Badajoz, que llevaban la revista a todas las farmacias de Extremadura.

En las siguientes páginas podrán leer recuerdos de algunos de nuestros colaboradores, nuestra pequeña gran familia, aunque seguro que no les mimamos como merecen. Mi sincero reconocimiento a todos ellos, desde Jorge Morgado, posiblemente el primero, hasta nuestro más reciente ‘fichaje’, Juan Zamoro.

Parar y disfrutar de este momento; no sabemos si llegaremos a la revista 200, pero ha merecido la pena todo lo vivido para llegar aquí. Gracias por acompañarnos y por hacerlo posible.

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