La manada son nuestras manos entrelazadas en las dunas de la deseada y merecida libertad

Léelo en solo 4 minutos !!
La manada son nuestras manos entrelazadas en las dunas

Me hago valiente por ti,  por tu piel que sabe de infiernos, que huele a fábricas destruidas,  me muerdo los miedos,  me siento a tu lado y te miro rozando la arena de ese bocado en el estómago que está lleno de cactus de pisadas muertas de temblores apilados en tu alma, yo te creo y quiero que aprendamos juntas a dibujar paisajes nuevos donde el ocaso no esté maquillado por el vuelo rapaz de cuervos negros vapuleados de una osadía barata y ruin.

Me hago valiente por ti,  alguien especial me dijo una vez que hay que vivir saltando los charcos que nos dejan metralla en la piel y cicatrices al mediodía de cada ilusión, lo sé, sé que esto es más que un charco, que es un océano huérfano de calma, encendido de silencios sin apellido en las comisuras de tu risa, pero ven, toma mi mano, vamos a inventar unas solapas que nos dejen libre el corazón para que nos suba por las pupilas la luz que se llenó de tinieblas una noche que derramó el lenguaje salvaje de unos monstruos sobre el reloj de nuestras ganas de vivir.

Me hago valiente por ti,  por la ansiedad que desahucia tus noches, por ese temblor de espigas al voltear una esquina, me hago valiente por las heridas que no te pertenecían, por las guerras de tus pechos, por tus lágrimas que arañan y aparecen sin llamar. Me hago valiente por ti, por las puertas de esos portales despiadados tras los cuales se encontraban las manos surrealistas del horror, por esas baldosas que no lograron domesticar los deseos de unas fieras que jamás supieron hablarle a la piel del alma, me hago valiente por el aire que ahora te falta pero que un día ya no olerá a rancio, te lo prometo, volverás, volveremos a silbar en la claridad de la fuente de los días, sí, lo sé, con algún resquicio del ayer en los bolsillos pero con los cielos celestes a favor de quienes luchamos con la verdad en los cordeles de nuestros nudos en la garganta.

Me hago valiente por ti, por la torpeza de quienes aseguran henchidos de atrevimiento y falso coraje que pudiste haberte enfrentado a los ataques de cinco lobos, descontrolados de placer, de odio, de una mancillada testosterona, ¡Cuánta palabrería y qué escasa empatía! Acaso no se han detenido a pensar en el pánico que invade desde los pies hasta las cejas cuando unos desconocidos te rodean en un portal a oscuras, donde nada ni nadie puede salvarte, porque sí, llegas a pensar que es tu final, tu última noche, que todo acabará ahí, en medio de la noche, en plena soledad, lejos de tu familia, de quienes te quieren, llegas a sentirte muerta y por un largo tiempo esta sensación se quedará en ti, y aún al entrar en un portal los cimientos de tus entrañas volverán a derrumbarse aunque ¿sabes? encontrarás mil maneras de volver a reconstruirlos con un solo gesto de los tuyos, un abrazo, un beso, con ese amor incondicional de todos los que te quieren, los que, aún sin conocerte, te queremos.

Me hago valiente por ti, por las sombras con la que la justicia trata de cubrir el terror, me hago valiente por el materialismo de esa detective capaz de vender la cordura y la conciencia por un puñado de euros, me hago valiente por esos abogados que, a pesar de saber que realizan su trabajo y que todos merecen una defensa, mis sentimientos no aciertan a comprender dónde hallan las fuerzas para defender las ansias baratas y premeditadas de cinco despiadados mendigos de sentimiento y razón, absurdos comediantes de bajos instintos, títeres de su propio ego y enfermos de una hombría a la que siquiera llegarán jamás a rozar.

Me hago valiente por ti, por las veces que aún tendrás que recordar cada detalle, cada vejación ,cada dolor, me hago valiente por la voz que se te romperá una y otra vez cuando sientas la duda ajena sobre tus hombros, me hago valiente por las preguntas que serán punzadas en tu corazón y te harán sangrar por dentro, me hago valiente por las pesadillas que te despertarán a mitad de la noche, por las caricias que quizás tu cuerpo te obligue a rechazar, me hago valiente por ti, porque yo estoy contigo, porque sé de ti sin saberte, porque estás aquí, doliéndome.

Me hago valiente por ti, y brindo en tu nombre, no permitas que te cierren las puertas de tu juventud, no, no te encierres, no lo hagas, te volverás pequeña, terminarás perdiéndote…. Deja que la luz de sol se pose en los perfiles de tus tobillos, deja que el viento te alborote el pelo, deja que la risa navegue hasta el fondo de tu ser…. Siéntete hermosa porque lo eres, viste tu figura con esa falda que tanto te gusta, con ese vestido azul lleno de metáforas y de odas a la vida, alumbra tus labios con los colores de los cuentos que aún te quedan por descubrir, báñate en los reflejos del agua que alivia y sana los arroyos del averno, vive, no te escondas detrás del sol, no, tienes cientos, miles de manos para que las aprietes fuerte cuando los recuerdos te asalten y sus deshielos no te dejen volver a ser tú…

Me hago valiente por ti…Yo sí te creo,  mi piel está lleno de restos de hojarasca, de mustios y amorfos rastrojos, de lápidas que un día me atreví a convertir en parques, y así lo harás tú, créeme… Porque yo sí te creo, vamos a hacer un tejado de libertad donde las estrellas vuelvan a crear universos en nuestra piel y los portales, en la noche,  sean refugio y descanso y no un campo de batalla donde siempre perdemos las mismas…las mujeres… por eso, niña, me hago valiente por ti, por todas, y sí, YO SÍ TE CREO…

 

Vanessa Cordero Duque

Summary
La manada son nuestras manos entrelazadas en las dunas de la deseada y merecida libertad
Article Name
La manada son nuestras manos entrelazadas en las dunas de la deseada y merecida libertad
Description
Me hago valiente por ti,  por tu piel que sabe de infiernos, que huele a fábricas destruidas,  me muerdo los miedos,  me siento a tu lado y te miro rozando la arena de ese bocado en el estómago que está lleno de cactus de pisadas muertas de temblores apilados en tu alma
Author
Publisher Name
Grada
Publisher Logo