Según el artículo 4 de la Ley Orgánica 1/1996 “se considera intromisión ilegítima en el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen del menor cualquier utilización de su imagen o su nombre en los medios de comunicación que puede implicar menoscabo de su honra o reputación, o que sea contraria a sus intereses, incluso si consta el consentimiento del menor o de sus representantes legales”. La Ley Orgánica 8/2015 incidió en el interés prioritario del menor, pero no hay nada regulado en relación con los nuevos medios de comunicación, como las redes sociales; sin embargo, los tribunales consideran intromisión ilegítima en los derechos a la intimidad y en la imagen del menor la publicación de fotografías en internet.
El principal problema es la utilización de la imagen en las redes sociales por los menores o por sus representantes legales, pues es muy fácil perder el control de lo que se sube a internet, que puede ser compartido y reproducido indefinidamente. Es más, los padres, por el hecho de serlo, no pueden publicar cualquier fotografía.
En este sentido, la regulación sobre protección de datos establece una diferenciación por razón de la edad, solicitando el consentimiento de los mayores de 14 años y el consentimiento de los padres o tutores para los menores de dicha edad.
En cualquier caso, se deberían hacer todos los esfuerzos en cuanto a la protección jurídica integral de los menores en internet, ya que nuestra normativa no es capaz de dar respuesta a la vertiginosa realidad virtual; y, por ende, proteger a los menores de las lesiones en sus derechos de la personalidad que con mayor frecuencia se ciernen sobre ellos como usuarios de dispositivos móviles, internet y redes sociales.
Así, sería positiva una reforma legal sobre esta nueva problemática, para obtener una tutela judicial más efectiva en los derechos fundamentales de los menores. Ello requeriría coordinar la normativa nacional con la europea e incluso con la internacional, y serían precisas medidas de prevención y vigilancia de contenidos, así como una mayor implicación de todos para conseguir un entorno virtual más seguro para los menores.
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