La presidenta de la Diputación, Charo Cordero, ha presentado los avances de los planes territoriales que se están desarrollando en cada comarca de la provincia, con el paisaje, el agua, el patrimonio, la gastronomía o la cultura como protagonistas.
El viajero amante del turismo de interior tiene en la provincia de Cáceres un lugar “para disfrutar de cada uno de los sentidos y coleccionar momentos”, en palabras de Charo Cordero, que ha estado acompañada por el vicepresidente primero y diputado de Desarrollo y Turismo sostenible, Fernando Grande. Se trata de una propuesta que pasa por 14 destinos de turismo sostenible con sus peculiaridades y su identidad.
Se trata de los 14 planes territoriales que se están desarrollando en el marco del Plan Diputación Desarrolla, una apuesta para enfrentar el reto demográfico y otros desequilibrios territoriales, promoviendo una conciencia social sobre un modelo más humano, social e inclusivo del turismo.
Estos planes territoriales desarrollados por cada comarca cuentan con la implicación de la Diputación, los ayuntamientos, las mancomunidades, los grupos de Acción Local, los empresarios, las asociaciones comarcales y los agentes sociales.
– Trasierra-Tierras de Granadilla. El turismo deportivo y activo en la naturaleza y, específicamente, las actividades en aguas interiores constituyen la principal apuesta de este territorio, por lo que se identifica como la comarca del agua. El embalse de Gabriel y Galán ofrece innumerables oportunidades para la práctica de deportes acuáticos, turismo náutico, para lo que se trabaja en instalaciones como la base náutica en La Pesga, la adecuación de acceso y rampa de varado en Arroyo Palomero, un embarcadero en Granadilla y otro pantalán en el embalse de Grabriel y Galán.
– Valle del Ambroz. Este destino ha definido el concepto ‘biodiversidad habitable’, para expresar el carácter de un territorio en el que el medio natural y las pequeñas poblaciones han convivido en armonía. Se trata, de avanzar en el desarrollo de un lugar habitado y habitable.
– Valle del Alagón. El río Alagón es la médula espinar de un espacio donde la mayoría de la población está ligada a la producción agrícola. Comarca de una enorme diversidad paisajística, en la que los conceptos dehesa y agua son los pilares fundamentales para su desarrollo.
– Tajo-Salor-Almonte. En torno a un producto como la Torta del Casar, esta comarca se abre con sus ríos, sus campos, su historia, sus oficios y ganadería tradicionales, la producción artesana… que se unen a lugares como el embalse de Alcántara, el Monumento Natural de los Barruecos, el tesoro de los Tartesos de Aliseda, los caballos de Arroyo de la Luz, o la plaza porticada de Garrovillas de Alconétar; valores añadidos todos ellos para avanzar en un desarrollo y turismo sostenible.
– Las Hurdes. Uno de los lugares más singulares y atractivos para el turismo rural, donde se dan la mano raíz y autenticidad.
– Sierra de Montánchez y Tamuja. Está situada en el centro de un triángulo formado por los tres conjuntos históricos más importantes de Extremadura: Cáceres, Mérida y Trujillo, lo que facilita la llegada de los turistas. A esta ubicación se unen los productos del cerdo ibérico, y sorprendentes parajes desde las sierras de robles y castaños hasta sus afamadas dehesas de encinas y alcornoques, identificándose la comarca con un paisaje gastronómico capaz de proyectarse nacional e internacionalmente.
– Reserva de la Biosfera de Monfragüe. Destino turístico en el que se enmarca el Parque Nacional y todas las tierras y poblaciones que lo rodean, y que trabajan por nuevos productos turísticos relacionados con la navegación y deportes acuáticos, así como con los ya implantados como senderismo, birding, cicloturismo, astroturismo, geoturismo, trashumancia, o arte rupestre.
– Campo Arañuelo. Cuenta con una situación privilegiada, al noreste de la provincia de Cáceres, limitando con La Vera, los Ibores, el Parque Nacional de Monfragüe y la provincia de Toledo.
– Reserva de la Biosfera Transfronteriza Tajo-Tejo Internacional. Este territorio cacereño, junto a 12 freguesías portuguesas, cuenta con un importante patrimonio natural y cultural, cuyo eje vertebrador es el río Tajo y el Parque Tajo Internacional, con una gran variedad paisajística.
– Miajadas-Trujillo. Esta comarca atesora siglos de riqueza histórica y cultural. Es, además, cruce de caminos históricos hacia Guadalupe o hacia Santiago, por lo que se trabaja en la creación del corredor ecocultural ‘Tierras de descubrimientos’.
– Valle del Jerte. Describe un destino de naturaleza, relacionado con la cereza como referencia agroalimentaria, cultural y de marca. El reto del Valle del Jerte pasa por posicionarse como un destino plenamente natural e inteligente, siguiendo una estrategia en la que se aúnen innovación, tecnología, sostenibilidad, accesibilidad, calidad, competitividad, interacción e integración.
– Geoparque Mundial de la Unesco Villuercas-Ibores-Jara. Es ya un destino consolidado que se identifica por una impresionante geología reconocida internacionalmente, pero también con un rico patrimonio natural, contando con siete zonas de especial protección de aves, árboles singulares y lugares de importancia comunitaria. A esto se une el patrimonio cultural, con sus fiestas tradicionales, minas, pinturas rupestres, castros vetones, castillos árabes, arquitectura tradicional o el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre otros.
– La Vera. Su plan territorial define ‘Retiro imperial’ como idea para la promoción de esta comarca bien conocida por los aficionados al turismo rural. Un destino en el que se alternan altas pero accesibles montañas, frondosos bosques y abundante agua de manantial que surte a las piscinas naturales que jalonan sus gargantas. Lugar elegido como última parada por el Emperador Carlos V, cuya historia y legado se constituye como uno de los retos de este destino.
– Sierra de Gata. Formada por cinco profundos valles y una gran combinación de paisajes, además de un riquísimo patrimonio cultural, arquitectónico o gastronómico. Esta comarca se ha declarado parque cultural con el fin de llevar a cabo acciones de conservación, de intervención científica, social y educativa y de desarrollo económico sostenible.
A estos planes territoriales se unen otras actuaciones que la Diputación ha ido promoviendo en los últimos años, como la creación de la Red de Centros de Interpretación, el ‘Programa rehabilita’ para la recuperación del patrimonio rural, los convenios firmados con las denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas, el convenio con la Red de Artesanía de Extremadura, los programas ‘Cultura crea turismo’ o ‘Activa cultura’, el diseño de los circuitos deportivos o el desarrollo del programa ‘Turismo senior saludable’; sin olvidar una estrecha colaboración con Turespaña en la búsqueda de nuevos mercados, una colaboración que ha llevado ya a establecer contactos con el mercado oriental, concretamente con Corea y Japón y, próximamente, con China.
