Los clientes de los productos de juego de la ONCE ya pueden pagarlos con tarjeta

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Los 20.000 vendedores de la ONCE ya pueden ofrecer este servicio a sus clientes de toda España gracias a la mayor red mundial de TPC accesibles y adaptados a sus necesidades.

Este avance es fruto del acuerdo con la empresa Santander Elavon Merchant Services (SEMS), participada por el Banco Santander, que ha desarrollado la aplicación que permite en el TPV de los agentes vendedores de la ONCE la realización de pagos con tarjetas bancarias (VISA y Mastercard), y dispositivos móviles con tecnología NFC a través de las aplicaciones ‘monedero’ de las entidades bancarias.

El alcance del proyecto incluye la integración de las compañías para consolidar las operaciones realizadas en el terminal, de tal forma que se asegure la correcta trazabilidad de una operación desde su registro en la cuenta del cliente hasta el ingreso del importe de las operaciones en las cuentas de los centros de la ONCE. Para ello se han coordinado las tres empresas que participan en esta operación con tarjeta bancaria, Redsys, Santander y ONCE.

Los TPV de los vendedores de la ONCE, todos personas con discapacidad, además de poder realizar operaciones con tarjetas de tipo Chip&Pin puede realizar operaciones con tarjetas Contactless y con dispositivos móviles con tecnología NFC, la mayoría de los existentes en el mercado.

Uno de los objetivos de esta renovación tecnológica es disponer en el TPV de otras aplicaciones adicionales a la de juego y poder utilizar sus posibilidades para realizar esos pagos con tarjetas bancarias, con los beneficios que esto podría suponer para los clientes y vendedores, dada la importancia actual de las transacciones de pago con tarjeta.

El pago con tarjeta supone para los clientes de ONCE poder comprar lo que deseen de forma cotidiana sin estar limitados por el dinero físico que lleven en su cartera en el momento de la compra. Es una manera de facilitarles su día a día, de hacerles este proceso más cómodo y de aumentar la seguridad del cliente, dado que ya no tendrá que llevar dinero en metálico para realizar estas compras, al tiempo que aumenta su control de consumo a través de los extractos bancarios.

Al mismo tiempo, esta forma de pago posibilita a los vendedores de la ONCE un trabajo más cómodo, pues según se vaya generalizando su uso no tendrán que perder tiempo con el cambio ni deberán disponer de tanto efectivo, aumentando así su seguridad.

Para lograr este proceso se han tenido que ir alcanzando una serie de hitos, como superar las certificaciones en materia de seguridad que proponen los grandes operadores de tarjetas bancarias a nivel internacional; desarrollar una aplicación para realizar el pago con tarjeta; llegar a un acuerdo con una entidad bancaria que proporcionase una pasarela bancaria a través de la que facturar y registrar las transacciones financieras; superar la certificación de la aplicación de pago con tarjeta que exigen los procesadores de transacciones de terminal bancario a nivel nacional; realizar los desarrollos en los sistemas centrales de cada compañía (banco, ONCE y procesador) para poder registrar las transacciones realizadas y llevar a cabo el intercambio de información entre compañías que estas operaciones financieras suponen; y formar a la red de ventas de la ONCE en el uso de esta nueva aplicación.