Rosa López Casero. Extremadura a través de la novela histórica. Grada 109. Perfil

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Nacida en Torrejoncillo y actual vecina de Coria, Rosa López Casero es escritora y licenciada en Psicología y además tiene estudios de Filología, Historia, Sociología, Magisterio y Pedagogía. Desde hace años colabora con la editorial Everest, con la que ha coordinado proyectos educativos y que le ha publicado más de 100 libros de texto para Educación Infantil y Primaria. Tiene en su haber 16 premios literarios, entre otros el Premio Internacional de Novela ‘Alcorcón siglo XXI’ en 2014 o el Premio del Concurso Nacional de Novela ‘2DeLetras’ en 2015.

Foto: Moisés Fotógrafo
Foto: Moisés Fotógrafo

¿Cuándo le empezó a interesar la escritura?
Desde pequeña. Recuerdo que con 9 o 10 años comencé a escribir una novela que titulé ‘Las amigas’. Fue durante unas vacaciones de verano y al comenzar el curso escolar la abandoné. Mi padre escribía poesía, me contaba historias y me regalaba libros; lo recuerdo a pesar de que murió cuando yo tenía 7 años. Y mi madre era una gran lectora y estupenda contadora de cuentos. Ambos fomentaron mi imaginación y creatividad.

¿Y la literatura para niños?
Comenzó a raíz de dar clases a párvulos durante tres años y de nacer mi primer hijo. No me gustaba lo que había en el mercado e inventé un método de lecto-escritura basado en animales, y comprobé que les motivaba, así como las historias que inventaba. Más tarde Editorial Everest me encargó material escolar y traté de plasmar en él mi imaginación. Como provengo de la enseñanza, siempre me han sorprendido los niños y su mundo fantástico. Escribir de modo atractivo para hacer de ellos buenos lectores es una labor apasionante; en nuestras manos está que los chicos se acerquen a los libros con una actitud de curiosidad y agrado y no se alejen de la literatura, pero sin imposición, como un acto complaciente y voluntario.

Concretamente, escribí dos cuentos infantiles que fueron premiados. Me gustaría en un futuro dedicar algunos escritos a la literatura infantil, es muy gratificante.

Ha participado en ferias del libro como las de Getafe, Cáceres, Plasencia, Trujillo o Badajoz; ¿cómo es la experiencia de presentar libros en ese contexto?
Es un baño de multitud, excepto en una ocasión en que acudió poco público a la carpa, y es gratificante cuanto ves una fila de personas que esperan su turno para que les dediques tu libro. Estar en esos carteles te publicita y nunca viene mal.

Autora de las novelas ‘La pasión de Balboa’, ‘Orellana: De Truxillo al Amazonas’, ‘La travesía de los sueños’ o ‘El hombre que atrapaba a luz’, la temática histórica está muy presente en su obra; ¿de dónde viene ese interés y, en concreto, por los descubridores extremeños?
Desde pequeña me gustaba leer novela histórica, quizá por mi afición a la historia. La novela histórica nos ayuda a comprenderla, es como un viaje al pasado y a muchos lectores les interesa conocer episodios importantes de otras épocas de una manera amena y disfrutar con la recreación novelada.

Nuestra tierra ofrece una extensa cantera de personajes y episodios para seducir a un escritor; a veces nos quedamos con la boca abierta ante un escritor y una novela extranjera, pensamos que lo exterior es mejor que lo nuestro, incluso la lengua, y yo, como entusiasta de la novela histórica, pensé que valdría la pena escribir sobre lo nuestro: la contribución de los extremeños al descubrimiento, la exploración y conquista del Nuevo Mundo. Los personajes elegidos han sido audaces extremeños que realizaron grandes gestas en tierras americanas y contribuyeron a engrandecer el imperio español. Hay poco escrito sobre ellos, tanto en libros de texto como en internet, y creo que hay que darlos a conocer. Mi objetivo es que se conozca el legado que han dejado a España y al mundo, sin olvidar el papel fundamental de la mujer en el descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo.

¿Qué nos puede adelantar de su último trabajo?
Esta primavera saldrá mi nueva novela sobre Fernando el Católico y su relación con Extremadura. Me apasiona investigar sobre el papel que nuestra tierra ha desempeñado en la historia de nuestro país. Y acabo de terminar una novela corta, la primera ambientada en la posguerra, ahora la estoy corrigiendo.

Algunas de sus creaciones han sido premiadas en diversos certámenes literarios; ¿destacaría especialmente alguno de los premios recibidos?
Quizá el Premio Internacional de Cuentos de temática infantil de Costa Rica; y el premio en el V Concurso Internacional de Novela ‘Alcorcón Siglo XXI’, con ‘La travesía de los sueños’, tal vez por ser la primera novela que escribí.

Acompañada por Rosa Lencero y Fernando Serrano, durante la presentación de ‘Orellana’. Cedida
Acompañada por Rosa Lencero y Fernando Serrano, durante la presentación de ‘Orellana: De Truxillo al Amazonas’. Cedida

¿Qué supone para usted los éxitos que está cosechando con sus novelas?
Tampoco son grandes éxitos, una va dándose a conocer paso a paso. Sin duda, son un estímulo para continuar, porque el escritor debe dedicar muchas horas a aquello que le gusta y que le motiva, pero al mismo tiempo son un aliciente al comprobar que a un jurado de personalidades importantes de la literatura, y que no te conocen, les ha gustado tu novela. Cuando te ponen un ‘whatsapp’ desde Estados Unidos y te comentan que han comprado tu novela y que les ha encantado te compensa de todos los sacrificios.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?
Mi tierra, sus gentes, personajes interesantes de mi alrededor, mi propia experiencia. Uno debe escribir sobre lo que mejor conoce y lo que le gusta.

¿Cómo es el proceso de creación de una novela histórica?
En mi caso, primero hay que tener una idea, que va tomando forma y desemboca en un tema. Sobre eso diseño el argumento, doy vida a unos personajes que se mueven según la trama y diseño la estructura. Cuando ya sé lo que quiero busco fuentes de documentación y pongo a actuar a los personajes.

Entonces, es importante una labor previa de investigación.
En una novela histórica es necesario documentarse bien. Antes de comenzar cada novela realizo un concienzudo trabajo de investigación en diferentes archivos, buceo en museos y en sitios en los que pueda documentarme para que la novela tenga un gran rigor histórico. Una vez que he terminado esta fase comienzo a escribir.

Entre sus obras hay dos muy relacionadas con su actual lugar de residencia: el ensayo ‘Coria 1860-1960’ y la guía ‘Museo de la Cárcel Real de Coria’. Háblenos de ambas obras y de su relación personal con Coria.
Disfruté investigando, entrevistando a gentes y dando a conocer la historia de Coria durante un siglo en el libro sobre esta ciudad. La guía del Museo fue un trabajo de equipo con el director del mismo y un grupo de profesores de la localidad. En todas mis novelas hago un guiño a Coria; en esta ciudad llevo más de media vida y es mi pequeño homenaje a ella. He querido investigar para resaltar su importancia y dar a conocer algún personaje importante de su historia, como Antonio de Naveros, que aparece en una novela, y el obispo de Coria en otra; o como en mi última obra, en la que los protagonistas son corianos.

Ha impartido conferencias por Extremadura, pero también en Barcelona o Jerez de la Frontera; también ha participado en los clubs de lectura y en talleres en diversas localidades, y es colaboradora de distintos medios; ¿tiene tiempo para tanta actividad?
El tiempo es relativo. Tuve un profesor que opinaba que decir ‘no tengo tiempo’ es una justificación, un pretexto. Organizo el trabajo en función de priorizar lo más urgente. El tiempo se busca y yo se lo robo a la noche; la solución está en planificarse bien. La escritura es un vicio o, si quieres, una necesidad; al menos escribo unas 12 horas diarias. A veces miro el reloj y son más de las 4 de la madrugada y apago el ordenador porque entiendo que es necesario dormir; eso dicen, yo me quedaría toda la noche escribiendo. Luego, lo compenso con una pequeña siesta.

¿Cuál es el estado actual de las letras extremeñas?
En estos momentos las letras extremeñas pueden presumir de excelentes escritores tanto en la poesía como en la narrativa o el ensayo. Lo que ocurre es que, excepto en muy pocos casos, a la mayoría les falta promoción.

¿Nos recomienda un libro para iniciarse en el mundo de la lectura?
Para los más pequeños, aquel que contenga más imágenes que letras y un texto de fácil comprensión; más adelante, cuentos clásicos infantiles, ‘Los cinco’… Para los jóvenes y adultos los de Julio Verne, ‘La isla del tesoro’, ‘Robinson Crusoe’ y ‘La pasión de Balboa’, por ejemplo, porque se trata de un libro de aventuras, ameno y a la vez instructivo, porque da a conocer la vida de un extremeño universal, Vasco Núñez de Balboa.

Foto: Moisés Fotógrafo
Foto: Moisés Fotógrafo

¿Qué consejo le daría a alguien que quiera dedicarse a la literatura?
No me gusta dar consejos. Le diría que lo intente y no desfallezca, que se arme de paciencia y tesón. Que sea capaz de sacrificar deporte, familia, amigos, diversiones, por amor a la escritura, y que no le escuezan las horas que le dedica. Una de las premisas más importantes que debe asumir un escritor es creer en sí mismo y en su intuición y capacidad, aunque se equivoque. Si disfruta escribiendo, adelante; eso sí, que trate de formarse, de adquirir unas técnicas, y que cuide mucho la ortografía.

¿Y a los niños? ¿Cómo podemos inculcarles el amor a la literatura y la afición a leer?
No imponiéndoles títulos; comentar el argumento de alguno, fomentar en ellos la curiosidad por querer saber más, permitirles que comiencen a leer lo que les motive, ya sean tebeos, poesía o cuentos clásicos. Todo redundará en el desarrollo de su creatividad y la adquisición de hábitos lectores, y mejorará su velocidad y comprensión lectora.

¿Cómo ve el panorama cultural español actual?
Los recortes en cultura y educación afectan a toda la sociedad. La falta de ayudas a instituciones culturales repercute negativamente en los escritores. Los efectos de la crisis son una espiral: si la economía se para, no hay trabajo; si hay paro, no se consume; si no se consumen libros, las editoriales no publican, o publican poco y arriesgan menos aún, por no hablar de la quiebra de muchas de ellas.

Tengo la sensación de que asistimos a un fracaso social a nivel mundial, y estamos en un estado de emergencia. Y en la literatura no solo hay algo de hondamente inútil, sino también mucho de heroico, porque leer y escribir son ejercicios de inteligencia, de aventura, de desacuerdo, de provocación, de sentido común frente al pánico, el disparate y la indiferencia.

¿A quién puede interesarle el mundo de la fantasía, de la palabrería, mientras se está en un estado de sitio, sin tregua? Por otra parte, si todas las obras, desde Platón hasta el último ganador del Cervantes, ya han demostrado que toda la cultura, todo el conocimiento acumulado no pueden hacernos mejores como sociedad, ¿tiene sentido hablar de aportaciones literarias? La respuesta nos la da Nicole Krauss, una escritora estadounidense: “La literatura, como el arte, aporta consuelo a quien lo disfruta, sobre todo en unos momentos convulsos como los que vivimos actualmente”, lo que nos lleva a tener esperanza.

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