Álvaro Roa
¿Cuánto tiempo te dedicas? Muchas veces nos enredamos con gran cantidad de actividades que nos ocupan por completo nuestro día a día. En estas ocasiones estamos tan ocupados que ni siquiera nos acordamos de que nosotros también tenemos necesidades y nos merecemos una parte de ese tiempo.
Si tienes hijos esta situación será más acuciante, y aunque las satisfacciones que te aportan los niños son enormes, has de tenerte siempre presente. En caso contrario puedes ir acumulando un estrés o una falta de atención a ti mismo que puede convertirse en hábito, y esto es peligroso.
Está muy bien dedicar tiempo a los demás, a trabajar u otras actividades que rellenan nuestro tiempo, pero estas acciones han de ser recompensadas por otras que te beneficien. No solo por el efecto relajante que producen sino para que te des el valor que tienes.
Tener al menos una franja horaria a la semana para ti, que sea intocable y que siempre se respete, hará que tu estado de ánimo y autoestima mejoren. Da igual si este tiempo lo usas para recibir un masaje, pasear, leer un libro, nadar, escuchar música o descansar mirando el cielo, en realidad puede ser cualquier cosa que te haga sentir que ese momento te pertenece y te aporta esa sensación de que estás haciendo algo por ti.
Es verdad que puede haber épocas en las que las circunstancias impidan que lo hagas, pero no pasa nada. Aunque es recomendable hacerlo con continuidad, también hay que ser flexibles con nosotros mismos y no sumar a nuestra situación de estrés un enfado con nosotros mismos, pues solo hará empeorar las cosas.
¿Cuánto tiempo debo dedicar? -me han preguntado alguna vez- No hay normas, ni reglas. Sencillamente el que consideres que puedes dedicar de manera continua y que te permita seguir a la vez con tus ocupaciones diarias.
Si te parece complicado te invito a que hagas un horario semanal como el que teníamos en el colegio y comiences a rellenar las horas que tienes ocupadas con tus rutinas habituales. Seguro que así encontrarás huecos libres. Y no puedes decir que estás muy atareado y que tienes todo ocupado sin haber hecho antes este horario.
Una vez identifiques estos momentos, es recomendable elegir uno en el que la actividad programada posterior tenga cierta flexibilidad. Por ejemplo, supongamos que tienes hijos y a las ocho empiezas con la ducha, y concretamente los jueves entre siete y ocho de la tarde tienes uno de esos mágicos espacios. Esta actividad te permite cierta flexibilidad, no pasaría nada si un día comienza la ducha cinco, 10 o 15 minutos más tarde.
La idea es que la actividad posterior al tiempo que vas a dedicarte no te estrese y te permita disfrutar de ella en plenitud.
Dedicarte tiempo a ti mismo es de las actividades más gratificantes que hay y además tiene otro beneficio adicional, la actitud con la que vas a hacer el resto de las tareas va a ser mucho mejor.
Puedes seguir la corriente de tu día y no hacer caso a nada de lo que te estoy contando, pero como siempre digo, mejor hacer los cambios voluntariamente que después de recibir un golpe de la vida y lamentarse de no haberlo hecho antes.
Lo bueno de dedicar tiempo a uno mismo es que no tiene ningún efecto secundario que sea dañino para tu salud física o mental, todo lo contrario.
Regálate momentos para ti, instantes para ti, siéntete y conecta contigo, al fin y al cabo eres la única persona con la que pasarás con seguridad el resto de tu vida.
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