Juan Antonio Narro
Un año más, a finales de enero, nos encontramos con Fitur, en el gran recinto ferial de Ifema. Ya va por la edición número 39.
Este gran evento del turismo internacional, esta enorme ventana abierta al mundo, sigue consolidándose como una de las mejores propuestas internacionales en ferias de turismo.
Una edición que ha ampliado su superficie de exposición. Más pabellones y una decidida apuesta, junto con otras vertientes que no se olvidan, por el turismo cinematográfico como motor económico.
Cientos de stands, conferencias, coloquios, exposiciones, presentaciones, citas de negocio, debates, exhibiciones, ruedas de prensa, reuniones y un sinfín de actividades a las que asistir. Sin duda, una de sus ediciones más completas.
Los datos son abrumadores. Supera los 67.400 metros cuadrados, 886 expositores y 165 países representados. Este año con un destino de excepción, República Dominicana, como socio.
Viajar de Dubái a Jordania en un par de minutos, trasladarse de Extremadura a Castilla y León en unos pasos, tomar un exquisito café de Colombia, asistir a una representación del folclore de Panamá, participar en una cata de vinos en el stand de La Rioja, asombrarse con la caligrafía japonesa, realizar una visita virtual por una ciudad italiana, interesarse por las costumbres de Kazajistán, soñar con las imágenes de la selva de Costa Rica o descubrir los hoteles más impresionantes del planeta, por citar algunos ejemplos, son algunas de las propuestas que del 23 al 27 de enero ofreció Fitur.
Un escaparate que deja boquiabierto al viajero; una parada obligada que cientos de miles de asistentes (profesionales y viajeros) señalaron en sus agendas en letras mayúsculas.
Madrid como capital del mundo turístico durante cinco días. Madrid como escenario en todas las televisiones. Madrid ofreciendo una infinidad de experiencias. Madrid como centro neurálgico de esta gran industria. Madrid como foco de todas las miradas. Recordando la famosa frase de los Sanfermines, “ya queda menos para Fitur 2020”.
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