La Asamblea del Consejo de la Juventud de Extremadura, celebrada el 7 de marzo, fue el último evento presencial en el ámbito de la juventud antes de decretarse el estado de Alarma. Desde entonces la andadura del Consejo ha estado encaminada a apoyar y visibilizar el trabajo de las entidades juveniles, a prestarles su colaboración, por ejemplo con plataformas y herramientas de formación, y a servirles de puente con los representantes de la juventud, que han atendido con total disponibilidad las demandas de las personas jóvenes.
En este tiempo se ha hablado de la precariedad y de la pobreza juvenil, reivindicando que la juventud extremeña se quiere quedar aquí y quiere apostar por el desarrollo de sus zonas rurales. Se ha comenzado una ruta por cada pueblo, eso sí, desde nuestras casas, pero conectadas como nunca se había hecho, acercando este órgano de representación de la juventud asociada y también de la no asociada, y abriéndolo a cualquier colectivo que necesite al Consejo y que quiera participar para transformar la realidad.