Agustín Jiménez. Ingeniero del entretenimiento. Grada 113. Perfil

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Nacido en Trujillo (Cáceres), el humorista, actor, presentador y monologuista Agustín Jiménez se define a sí mismo como un “ingeniero del entretenimiento”, porque durante más de tres décadas ha dedicado su vida a entretener de todas las formas posibles. Licenciado en Arte Dramático en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, Agustín Jiménez ha participado en series de televisión como ‘El chiringuito de Pepe’, y en películas como ‘Ocho apellidos catalanes’. Una de sus facetas más conocidas es la de monologuista, en la que atesora un gran número de galardones, aunque este polifacético artista también es autor de varios libros, guionista de series de televisión o payaso.

Foto: Producciones 600’ns

¿Cómo te definirías?
Como acabas de concluir, un payaso.

¿Cuándo y cómo comenzó tu carrera artística? ¿Dijiste eso de ‘mamá quiero ser artista’ o ya eras el gracioso de la clase?
Había niños que iban al fútbol y yo iba a teatro. Digamos que tenía un don para hacer reír a la gente y eso me ha abierto muchas puertas a lo largo de mi vida.

Es difícil no pensar en Agustín Jiménez sin que se venga a la cabeza una chaqueta de cuero, el color negro o las gafas de sol; ¿por qué este ‘look’, es un personaje creado para la escena o es tu estilo habitual?
Es un personaje creado a partir de gente que he ido conociendo en mi barrio. Por otra parte, es un look que para actuar por la noche en locales de copas ayuda mucho.

Has trabajado en televisión, cine, teatro… ¿en qué medio te encuentras más cómodo?
En internet [risas]. No, siempre es el teatro la respuesta correcta. Es lo más artesanal que queda.

Has participado en seminarios de teatro con Denis Rafter, o de lenguaje no verbal con Pepe Viyuela; ¿es importante la formación para dedicarse al mundo de la escena?
“No, te tomas un par de copas y te subes al escenario; cuentas un par de chistes y para casa”. Al menos esto es lo que me dice mucha gente antes de actuar. Lo cual me alegra porque creen que es algo casual y que no llevo una técnica o formación detrás. Hay algo que te permite sobrevivir mucho tiempo en este oficio, y es estar muy preparado. A veces, el cansancio o determinadas circunstancias personales pueden mermar tu arte, y ahí es donde se echa mano de la técnica, porque el espectador no tiene por qué enterarse de tus problemas.

Mención aparte merece tu faceta como monologuista, y es que estás considerado el impulsor del género de la ‘stand up comedy’ en España. ¿En qué consiste eso de ‘stand up comedy’?
Es un género de comedia unipersonal. Se ha entendido erróneamente como la ejecución de un monólogo cómico, y es simplemente un artista que viene a hacer reír al público. En Estados Unidos hay ventrílocuos, imitadores, etc. Y eso es ‘stand up comedy’ también.

¿En qué te inspiras cuando escribes un monólogo? ¿Es más fácil interpretarlo cuando lo has escrito tú mismo?
Sí, es más fácil, porque sabes la verdadera intención de lo escrito. Mi inspiración es la vida cotidiana llevada a lo épico, y viceversa.

Hablando de inspiración, admiras a Pepe Rubianes, Les Luthiers o cómicos norteamericanos como George Carlin o Eddie Murphy; ¿qué te han aportado?
También admiro a Richard Pryor, que no se olvide nadie. Me aportan conocimiento, arte, técnica, compromiso social… Todo aquello que es necesario para que la comedia transcienda más allá del mero chiste.

¿Hay algún límite para el humor?
Dime cuál es el límite actual y allí estará un cómico preparando un chiste nuevo. Es una paradoja esto que planteas. El problema es considerar titular de noticia a un chiste. Lo que está ocurriendo actualmente es que los medios, y la opinión pública, están tomándose en serio los guiñoles del Quijote. Por otra parte, deberían consultar a quien se dedica a la comedia; la mayoría de los conflictos del humor han venido de personas que han querido hacer un chiste y no se dedicaban a ello. Y también deberíamos evitar descontextualizar el chiste y tomarlo como opinión real. Si miramos la Ley de Poe, según la cual un texto en internet sin un guiño de un emoticono puede ser tomado como opinión extremista o como parodia de esa misma postura, este concepto queda más claro.

¿Sobre qué tema de actualidad te gustaría hacer un monólogo? ¿Y sobre cuál no?
Me gustaría hacer reír sobre todos los temas prohibidos. Conseguir que la gente ría con lo que le agobia o teme es un logro, un triunfo. No veo que haya ningún tema tabú; hay formas tabú, eso sí, pero no hay ninguna línea roja.

Acabas de estrenar ‘Suceso en el Congreso’ en el Teatro Reina Victoria de Madrid, ¿de qué trata y cuál es tu papel en esta obra con la que estarás de gira este verano?
Soy un inspector de la Policía en una situación de extrema gravedad que compromete la estabilidad del Parlamento y del país. Han asesinado a un diputado. Es un Cluedo. Una comedia de detectives con un tema muy actual: los pactos.

Foto: Teatro Reina Victoria

¿Prefieres hacer reír al público con tus monólogos o encarnar un personaje de teatro?
De los monólogos me gratifica que los he escrito; interpretando una obra también, porque haber creado un personaje me llena mucho; pero prefiero hacer reír siempre.

Hablando de teatro, antes de ‘Suceso en el Congreso’, has participado en ‘La cena de los idiotas’ y en ‘Una boda feliz’; ¿qué nos puedes contar de ambas experiencias, que además se han mantenido durante bastantes temporadas?
Todas han sido experiencias creativas y llenas de recuerdos inolvidables. De alguna manera, gracias a esas representaciones he podido convencer a cierto sector del público de mi faceta como actor de teatro.

¿Qué papel te gustaría interpretar en el teatro?
No tengo un papel ideal; de hecho es el actor, como artista creativo, el que debe dar forma a personajes inolvidables a partir de pautas.

Otra faceta tuya quizás menos conocida es la de guionista; por ejemplo, has trabajado en ‘Siete vidas’, ‘Casi perfectos’ o ‘La hora de José Mota’. También has escrito los libros ‘Qué pequeño es el cine que me ha cabido en este libro’, ‘Los monólogos que te dije’ y ‘Gente como que no’, y has adaptado numerosos textos teatrales; ¿cuándo comenzaste a escribir?
El primer día que dijeron: “redacción sobre las vacaciones”.

¿De qué tratan tus tres libros publicados hasta el momento?
Son todos reflexiones en clave de comedia. Se trata de ensayos sobre cine, ciencia, antropología… pero todo para hacer reír.

Ya hemos comentado que eres polifacético, también tocas la armónica, el arpa de boca, la flauta dulce y la flauta irlandesa, la guitarra o el ukelele, y has formado parte de varias agrupaciones musicales; ¿has pensado dedicarte a la música?
No, la música la tengo como algo que hago de forma amateur. Creo que forma parte de la comedia, porque la comedia es ritmo. He aprendido a tocar esos instrumentos de forma autodidacta, por curiosidad. No es algo para dar un concierto, ni por asomo.

Y otra de tus facetas es la de dibujante, que tampoco es muy conocida; ¿crees que en un futuro podrías centrarte en tus bocetos?
Siempre me gustó dibujar. Es algo a lo que no puedo renunciar, tengo que dibujar todos los días.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Acabo de terminar una película con Daniel Monzón, espero su estreno espectacular.

¿Quién es Agustín Jiménez cuando se apagan las luces y los micrófonos? ¿Cuáles son tus aficiones?
Esto no lo voy a revelar, porque entonces molaría mucho más, y esto es una entrevista, no un portal de contactos.

¿Cómo ves Extremadura desde la distancia a nivel artístico y cultural?
Esto ya lo tengo yo hablado con muchos directores. Creo que Extremadura es una zona cinematográfica de primer orden y que debe ser aprovechada.

¿Extremadura, o la visión que se tiene de la región fuera de ella, merece un monólogo, o es para ponerse serios?
Extremadura debe aprender a reírse de sí misma, como hacen Murcia y su gente. Hay mucho tema en esta región. Algún día.

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