Artis, un programa de artes para la inserción laboral en personas con discapacidad intelectual

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El Arte y en concreto las Artes Plásticas han servido de ayuda para que las personas con discapacidad intelectual puedan expresarse, relacionarse e integrarse en la sociedad.

Hasta no hace mucho las personas con alguna discapacidad estaban excluidas de la sociedad. Muchas veces los familiares de estas personas se avergonzaban por tener un hijo con alguna discapacidad, ya fuera física o psicológica, y en muchas ocasiones y sobre todo en poblaciones de pocos habitantes estas personas no llegaban a relacionarse con otras personas que no fueran sus familiares más cercanos. No salían  a la calle y, si salían, iban siempre acompañados por su padre, madre o hermano, no iban al colegio y mucho menos conseguían un puesto de trabajo.

Al avanzar la sociedad, y la mentalidad de las personas, tener un hijo con alguna discapacidad sigue siendo una situación complicada para la familia, pero se intenta por todos los medios que esa persona se integre en la sociedad como una persona cualquiera. El Arte, y en concreto las Artes Plásticas, han servido de ayuda para que estas personas puedan expresarse, relacionarse y estén lo mejor posible integradas en la sociedad, bien como terapia o bien como simple disfrute.

Novaes en su libro ‘Psicología de la aptitud creadora’, nos dice: “Sabemos que todos tienen la capacidad de crear y que el deseo de crear es universal; todas las criaturas son originales en sus formas de percepción, en sus experiencias de vida y en sus fantasías. La variación de la capacidad creadora dependerá de las oportunidades que tengan para expresarlo”. (Novaes, 1976), como nos dice este autor, el Arte es un bien común a todos, un quehacer esencial que acompaña al ser humano desde su origen.

A partir del siglo XX muchos artistas comenzaron a realizar obras con aspecto de arte primitivo, y personas que nunca habían estado vinculadas al arte comenzaron a crear, dándoles una gran importancia a las creaciones realizadas por personas con alguna discapacidad intelectual, física, e incluso enfermedad mental. A mediados del siglo XX empezó a utilizarse algunas terapias basadas en el arte para ayudar a estas personas a poder expresarse, y comunicarse con el resto de personas, logrando con ellas muy buenos resultados. (Ballesta, Vizcaíno, & Mesas, 2011).

En España no todas las Universidades ofrecen las mismas oportunidades a todas las discapacidades; la Universidad Autónoma de Madrid es la única universidad española que ofrece a los estudiantes con discapacidad intelectual un Título Propio, de dos años de duración, que les capacita para su inclusión en el mundo laboral. Para la Autónoma la atención a los estudiantes con discapacidad intelectual ha supuesto un estándar de calidad y valor de excelencia. El programa Promentor es pionero en las universidades españolas, como referente de buenas prácticas en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior.

La Cátedra de Patrocinio UAM-PRODIS para discapacidad intelectual tiene dos pilares fundamentales: docencia e investigación. En cuanto a la docencia, dicha cátedra es la única de ámbito europeo que asume como fin prioritario la formación de los jóvenes con discapacidad intelectual en el ámbito universitario y el fomento del empleo con apoyo en los entornos laborales ordinarios. La cátedra imparte docencia a jóvenes con discapacidad intelectual a través del título propio ‘Formación para la inclusión laboral’ (70 ECTS), y del curso de formación continua ‘Actualización y mejora en competencias sociolaborales’, dirigido a las personas que se encuentran trabajando en diversas empresas en el servicio de empleo con apoyo. (Gasset, 2012)

En la misma línea que la Universidad Autónoma de Madrid y en relación con la cátedra que tienen en común Universidad y Fundación, la Fundación Prodis ha creado un programa, con el que pretende incorporar a estas personas que han cursado el Título de la Cátedra de la UAM-PRODIS y no han podido incorporarse al mercado laboral; dicho programa se llama Artis y está orientado a un perfil de jóvenes con especiales inquietudes culturales y artísticas, para que encuentren ‘su lugar’ en el ámbito de las artes y las humanidades, fomentando su sensibilidad estética. Para ello ofertan un medio alternativo, para desarrollar en los alumnos una mayor conexión con las propias emociones, y un autoconocimiento y desarrollo personal más equilibrado a través de la producción y expresión artística. Con todo esto se pretende impulsar la experimentación con el diseño y la elaboración de nuevas líneas de producto con la propia marca de la fundación, y por supuesto, como principal objetivo, perseguir la inclusión social y laboral de sus jóvenes en el ámbito de los espacios de exposición del patrimonio artístico y cultural de España. (ARTIS, 2016). Y todo relacionando trabajo y arte.

Muchas asociaciones, fundaciones u organizaciones especializadas en personas con discapacidad intelectual llevan desde mediados del siglo XX, aproximadamente, trabajando con estas personas en el ámbito de la expresión artística, y en concreto en las artes plásticas, pero la Fundación Prodis pretende dar un paso más allá y convertir a sus alumnos en artistas-educadores, ya que es bien sabido las ventajas que tiene el arte a la hora de ayudar a las personas con algún problema, ya sea de alguna enfermedad o de alguna discapacidad. Para conseguir este objetivo Fundación Prodis ha diseñado un programa en el que tratan el arte desde muchos puntos de vista, desde las artes plásticas hasta interpretación de una obra, donde van a ayudar a estas personas a adquirir más capacidad de oratoria y poder trabajar del arte. En muchos centros especializados en personas con discapacidad intelectual tienen programas específicos basados en artes plásticas para ayudar a estas personas a desarrollarse y fomentar su capacidad creadora, pero aquí, además de ayudarles a desarrollarles como personas, van a intentar convertirlos en artistas-educadores. El programa Artis es un programa piloto que ha comenzado el pasado septiembre y tiene una duración programada de tres cursos académicos, con un total de 126 créditos, 42 créditos por curso, distribuidos en dos módulos; uno teórico, con asignaturas como ‘Espacio visual. Nuestro entorno. Análisis y representación de forma y espacios’, ‘Lenguajes plásticos y visuales. Creatividad y creación de imágenes’, ‘Artes aplicadas y diseño’ y ‘La obra de arte. Producción artística e industria cultural’; y un módulo práctico con asignaturas como ‘Creatividad y Diseño de Producto’, ‘Espacio de exposición, Arte y Cultura’, ‘Expresión Artística’ y un Prácticum en empresas de la Unión Europea y otras. Estos conocimientos irán a través de itinerarios individualizados desde una libre elección tutorizada.

Este proyecto tiene otro valor añadido, una apertura de espacios de colaboración e investigación junto a escuelas de diseño, que imparten titulaciones en Diseño y desarrollo de producto, artistas y diseñadores invitados reconocidos y  escuelas y universidades con titulaciones en Bellas Artes y Másteres especializados, para ayudarles a generar ideas conceptuales de mayor innovación, lograr un conocimiento, control y gestión de las propias emociones a través de la expresión y producción artística, de la mano de la arteterapia y hacer realidad el ejercicio del derecho de todos a sentirse uno más y parte activa del ámbito cultural y artístico de la sociedad.

En la parte de colaboración con universidades con titulaciones en Bellas Artes y Máster especializados entro yo en este proyecto, ya que este año estoy cursando el Máster de Educación Artística en las Instituciones Sociales y Culturales, de la Universidad Complutense de Madrid; Máster con el que la Fundación Prodis tiene convenio para hacer las prácticas en su Fundación. A partir de febrero comenzaré mis prácticas curriculares, en las cuales vamos a llevar a cabo las clases de este proyecto tan innovador con personas con discapacidad intelectual. Proyecto que en un futuro muy cercano nos dará personas totalmente capacitadas para incorporarse al mercado laboral en un campo tan difícil como es el de las artes. Pero a pesar de todo, el arte es un magnífico vehículo de expresión que permite desarrollar la imaginación, potencia la autonomía y favorece la integración. Sus beneficios son indiscutibles, y por ello, se aprovechan para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.

Referentes bibliográficos
– Ballesta, A. M., Vizcaíno, O., & Mesas, E. C. (2011). El Arte como un lenguaje posible en las personas con capacidades diversas. Arte Y Políticas de Identidad, 4, 137–152.
– ARTIS: Nuevo programa de la Fundación Prodis. (2016, October 13). Retrieved from http://www.fundacionprodis.org/en/artis-nuevo-programa-de-la-fundacion-prodis/
– Gasset, D. I. (2012). El valor de la inclusión educativa de jóvenes con discapacidad intelectual en las instituciones de educación superior: El programa Promentor. Bordón. Revista de pedagogía, 64(1), 109–126.
– Novaes, M. H. (1976). Psicología de la aptitud creadora. Buenos Aires: Kapelusz.

María José González Quintana
Licenciada en Bellas Artes