Caridad Jiménez Parralejo es una prolífica escritora de poesía que ha decidido meterse en la piel de su abuela y contar su vida en un libro titulado ‘Juana en treinta cartas y un telegrama’, que fue presentado en la reciente Feria del libro de Trujillo.
A través de 30 cartas, la escritora nacida en la localidad pacense de Navalvillar de Pela narra la vida de una mujer extremeña en las primeras décadas del siglo pasado y, con ello, retrata el pulso social de este periodo histórico español, caracterizado por una concatenación atropellada de acontecimientos de una sociedad en permanente transición.
La autora es nieta de Juana por rama paterna, y utiliza un ingenioso juego literario epistolar a su abuela en el día a día de su propia intrahistoria durante 25 años, de 1911 a 1936. En el prólogo, Rosa Lencero destaca que la obra refleja una historia “con soledades, angustias y esperanzas frustradas, aprendizaje y paso ligero pero firme por el acontecer del país, siempre convulso”. Entre otros sucesos cita la situación catalana tanto en 1919 como en 1934, los hechos de Castilblanco en 1931, la proclamación de la Segunda República y el destierro del rey Alfonso XIII, las elecciones de 1936, o las pertinaces sequías y las malas cosechas.
La protagonista es hija y cuñada de guardias civiles y posee un arraigado sentido del deber, a lo que hay que añadir su condición de mujer subyugada a la tutela masculina. Su juventud la pasó como institutriz de las hijas de su primo viudo, con quien años después terminará casándose, y bajo el control férreo de su tío, también viudo, en un pueblo, Navalvillar de Pela, al que no llegó a adaptarse, a pesar de ser una mujer moderna, instruida y adelantada a su tiempo.
En opinión de Rosa Lencero, Caridad Jiménez traslada magistralmente al lector a vivencias que, al tiempo de leerlas, “se pueden sentir y saborear a través de unas cartas evocadoras, naturales y cuajadas de pálpitos”.
Caridad Jiménez explica que con este libro ha pretendido hacer un reconocimiento a la tradición de su familia, y también a la de un pueblo y una región, pues todo lo recogido en la obra, incluida una interesante colección de fotografías, tarjetas de visita y tarjetas de gabinete de la época, se hubieran perdido “y yo no podía consentirlo”.
Sin duda alguna, Caridad Jiménez deja traslucir en esta obra, publicada por el grupo editorial ‘Sial Pigmalion’, una influencia clara de su admirada Jane Austin, auténtica maestra del genero epistolar, y también un cierto retrogusto a Virgina Wolf.
ÁNGEL GUERRA IGLESIAS
