Esta institución realiza labores sociales de orientación y reinserción de los usuarios más necesitados, sobre todo a personas sin hogar.
El director del área de inclusión de Cáritas Diocesana, Pedro Herrera, ha puesto en valor la importante labor que el organismo realiza en beneficio de las personas que están en riesgo de exclusión social o que se encuentra en situaciones sociales difíciles, como es el caso del Centro Padre Cristóbal de Mérida o el Centro Hermano de Badajoz.
“La labor de los dos centros se basan principalmente en ofrecer recursos de integración, seguimiento y normalización de personas con problemas de drogadicción, enfermedad mental, desarraigo familiar, desempleo, etc., y que terminan desgraciadamente en la calle”, comenta Pedro Herrera.
Ambos centros albergan a 400 usuarios cada uno, y en ellos se les ofrece alojamiento, comida, ropa, atención médica, servicios de orientación laboral, servicio de atención sanitaria en salud mental, etc. Y lo más importante, como dice Herrera, “acompañamiento a las personas en un proceso de reinserción social, laboral, familiar, etcétera”.
En definitiva, Cáritas denuncia las causas que generan pobreza y exclusión y trabaja para erradicarlas, consiguiendo además una sociedad cohesionada, logrando que las personas que forman esta organización presten un servicio integral a los desfavorecidos, y que las personas que lo necesiten y acudan a los centros tengan una nueva reintegración en la sociedad y superen sus problemas.
