Más de 4.500 estudiantes han asistido a las sesiones del programa de seguridad vial ‘The Road Show’, desarrollado por Trafpol-IRSA en colaboración con la Fundación Caja Badajoz.
Fruto de un convenio de colaboración entre la Fundación Caja Badajoz, Trafpol-IRSA y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) se ha venido desarrollado a lo largo del presente curso escolar un programa de prevención de siniestros de tráfico, cuyo objetivo es dotar a los jóvenes de la provincia de Badajoz de enseñanzas que les permitan evitar la siniestralidad vial, mejorar su comportamiento y respuesta frente al riesgo, y prevenir las adicciones, a través de una actividad formativa de concienciación denomida ‘Road Show’, especialmente destinada a jóvenes de 4º de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Ciclos Formativos.
El Road Show es un programa de educación vial en el que personas que han sufrido siniestros viales, y como consecuencia de ellos han resultado con lesiones medulares, así como los profesionales de las emergencias que intervienen en los mismos y familiares directos de las víctimas, narran en primera persona sus vivencias. En el escenario se recrea una noche de fiesta de un joven que comienza en una discoteca con su grupo de amigos y termina con la tragedia de un siniestro vial. Esta representación multimedia combina diferentes testimonios con sonidos envolventes e imágenes impactantes. Se traslada la tragedia de los siniestros de tráfico que lamentablemente suceden demasiadas veces en las calles y carreteras al espacio escénico donde se desarrolla la actividad. Las manifestaciones de los profesionales se realizan desde la perspectiva técnica, narrando el escenario de caos y desolación que se encuentran cuando llegan al lugar donde se ha producido el siniestro, pero también desde el enfoque humano, pues a pesar de estar convenientemente formados, contar con la experiencia suficiente y estar dotados de los medios técnicos necesarios para realizar su trabajo, son incapaces de conseguir que estas muertes absurdas que se producen tan a menudo y el dolor que causan en sus familiares, no les afecten como personas.
El éxito de este programa reside en su puesta en escena, ya que puede considerarse como una de las más innovadoras, eficaces e impactantes formas de llegar a los jóvenes, para sensibilizarles sobre los peligros que pueden suponer las conductas imprudentes o de riesgo en el tráfico, así como sus fatales consecuencias.
Se han realizado un total de 15 actividades en 13 municipios de la provincia de Badajoz y otro más en la Base General Menacho de Bótoa. En las mismas han participado 61 centros educativos, con más de 4.500 asistentes.
Por su parte, han participado 62 profesionales de emergencias (policías, bomberos, sanitarios del 112 y médicos) y 15 lesionados medulares a causa de un siniestro de tráfico. Asimismo han tenido una participación activa 55 jóvenes de los propios centros educativos asistentes, que se prestaron a colaborar en este proyecto. Entre todos ellos han recorrido más de 7.500 kilómetros para poder hacer llegar este mensaje a los jóvenes sin que, afortunadamente, haya ocurrido ningún percance.
La Organización Mundial de la Salud presentó a finales del pasado año su último Informe sobre Seguridad Vial Mundial que revela que en el mundo fallecen cada año 1,25 millones de personas a consecuencia de los siniestros viales. De ellos, la mayoría (59%) son jóvenes de 15 a 29 años. Estos números son la cara fría de las trágicas historias de millones de familias y amigos de las víctimas que quedarán afectados de por vida, pues a todas estas víctimas mortales hay que añadir entre 20 y 50 millones de heridos de distinta consideración.
En España, según los datos de la Dirección General de Tráfico, en 2014 fallecieron 154 jóvenes de 15 a 24 años a consecuencia de un siniestro de tráfico. Además, 21.525 resultaron heridos, de los cuales 1.356 necesitaron hospitalización. Entre los factores de riesgo en los accidentes de tráfico a nivel global se encuentran el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y la no utilización o mala utilización de elementos como el casco por parte de los motociclistas, los cinturones de seguridad o los sistemas de retención infantil.
En los países desarrollados, también las distracciones cobran cada vez más importancia entre los factores influyentes en los accidentes de tráfico (y sobre todo en los que se ven implicados los jóvenes). Una de las distracciones más preocupantes es el uso del teléfono móvil al volante, pese a la información existente y a las campañas de concienciación específicas.
