Convocada la undécima edición del Concurso literario internacional ‘Ángel Ganivet’

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Este concurso literario que recuerda la figura del escritor y diplomático granadino del siglo XIX presenta novedades y sorpresas que avivarán el entusiasmo de los participantes.

Junto a las nuevas bases del concurso, los organizadores presentan este año la antología de textos ganadores y finalistas de la edición anterior, algo que muchos de los participantes demandaban desde hace tiempo, con un resultado escrupuloso y atractivo, además de respetuoso con el autor y la obra.

Otra de las novedades del concurso es la entrega de premios, que se celebrará en Madrid, ya que tal como indica la organización, el autor que da nombre al concurso es español, y es además, un lugar más accesible para muchos de los concursantes.

En las bases del concurso se indica que está abierto a cualquier escritor en lengua española, dentro del género de la poesía, con temática libre, y con una extensión máxima de cinco páginas. Cada escritor podrá enviar tan solo un poema, teniendo de plazo hasta el 15 de julio de 2017, a las 24.00 horas de Finlandia, a la dirección de correo electrónico [email protected]

El premio de este certamen consiste en un retrato al óleo sobre lienzo, valorado en 6.000 euros, y un diploma. Además se publicará la antología digital con el relato ganador y los finalistas, que será difundida entre las direcciones de críticos literarios, editores, docentes e investigadores de la literatura en el ámbito académico y escritores que componen la base de datos de este certamen.

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Ángel Ganivet
Ángel Ganivet García (Granada, 13 de diciembre de 1865 – Riga (Letonia), 29 de noviembre de 1898) fue un escritor y diplomático español que está considerado, por su incertidumbre vital y por su angustia espiritual, precursor simbólico de la Generación del 98, proyectando su lucha interior en su visión de España en su obra ‘Idearium español’, donde representa a España como Virgen dolorosa rodeada de la cultura positivista y escéptica del siglo XIX; según él, la crisis de fin de siglo habría sido causada por un problema axiológico fundamental: el de la abulia.

Nacido en una familia de clase media, su padre murió cuando él tenía 9 años. Con 10 años una fractura casi le hace perder una pierna; poniendo en riesgo su vida, se niega a la amputación y, tras años de rehabilitación, consigue no quedarse cojo. Con retraso por esa convalecencia inicia sus estudios cursando entre 1880 y 1890 el Bachillerato y las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, consiguiendo siempre notas de sobresaliente. En 1888 empieza el doctorado en Madrid; se doctora, con sobresaliente y premio extraordinario, con ‘La importancia de la lengua sánscrita’, tras no serle aceptada otra tesis titulada ‘España filosófica contemporánea’.

Se presenta a las oposiciones al Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos, que gana, y es destinado a la biblioteca del Ministerio de Fomento en Madrid. Se integra poco a poco en el mundo literario madrileño, asistiendo al Ateneo y a diversas tertulias literarias. Inicia una relación de amistad con Miguel de Unamuno en 1891, cuando estudian juntos para las oposiciones a la cátedra de Griego, que Unamuno conseguiría por Salamanca y Ganivet perdería por Granada. En 1892 conoce a Amelia Roldán Llanos, de la que se enamora aunque no terminan casándose, por razones desconocidas.

De su relación nacen dos hijos, Natalia que muere al poco de nacer, y Ángel Tristán. Ganivet gana con el número uno unas oposiciones al cuerpo consular y es nombrado vicecónsul en Amberes; pasará cuatro años en la ciudad belga. Durante ese tiempo se desarrolla intelectualmente: lee, aprende idiomas, aprende a tocar el piano y empieza a escribir. Por otro lado, su relación con Amelia se deteriora. En 1895 es ascendido a cónsul y destinado a Helsingfors (actual Helsinki).

En los más de dos años que pasa en Finlandia produce la mayor parte de su obra literaria. Su estancia termina cuando el cuerpo diplomático suprime el consulado por escasa actividad comercial. Toma posesión del consulado de Riga en 1898. Allí, fruto de una crisis espiritual, sin su mujer, solo, tras las pérdidas de las últimas colonias de España y entristecido por la grave situación de su nación, cae en una profunda depresión que lo llevará a suicidarse tirándose al Río Dvina de Riga desde un barco, tras haber sido salvado en una primera intentona.