Extremadura celebra con la llegada de marzo una de sus fiestas más reconocibles y al mismo tiempo más diversas según las localidades, en la que la alegría y las tradiciones más mundanas se mezclan, con el humor y la sátira como protagonistas.
El Carnaval de Badajoz, fiesta de interés turístico nacional, vuelve a tener su epicentro en la calle, con los desfiles de comparsas, que este año se amplían con el estreno del ‘sambódromo’, el entierro de la sardina, y los miles de personas que salen cada día a la calle disfrazados; sin olvidar el concurso de murgas, cada año más asentado y con el futuro asegurado gracias al concurso de grupos juveniles.
En Cáceres destaca, como si hablásemos de una fiesta totalmente diferente, el Carnaval Hurdano, cuyo origen histórico se sitúa en la alquería de Cerezal, único por su marco geográfico y caracterizado por todo un legado de mitos y leyendas, con personajes como el ‘Burru antrueju’, el ‘machu lanú’, el ‘obispu jurdanu’ o los ‘diabrilluh’.
Navalmoral de la Mata lleva más de 300 años celebrando el Carnaval de Campo Arañuelo, con especial protagonismo para las peñas, que organizan los desfiles, y las murgas con su crítica, picaresca e ironía.
En el Carnaval de Villanueva de la Vera el protagonista es el ‘Peropalo’, un muñeco hecho de trapo y paja, con cabeza de madera, que representa un bandido que se refugia en la Sierra de Gredos y es juzgado por el Tribunal de la Inquisición de Llerena.
Mérida, con su Carnaval Romano; Villar del Pedroso, con su Fiesta de Ánimas; o Malpartida de Cáceres, con su Pedida de la Patatera, son otras opciones diferentes para conocer lo que se esconde tras el Carnaval en Extremadura.
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