Lanzarte
Ya anunciábamos en el número anterior de la revista que la primavera venía cargada de arte contemporáneo de la mano de la segunda edición de ‘Cáceres Abierto’. Un nuevo programa cultural que viene a corroborar las intenciones que ya declaró en 2017 al enarbolar una alternativa conceptual y procedimental alejada de anteriores eventos de estas características, planteados desde una perspectiva ferial privada. Así, como afirmaba recientemente el propio Jorge Díez, comisario y responsable del proyecto, para la cadena Ser, se trata de activar el espacio público a través del arte contemporáneo, evitando que el contenido quede encerrado en espacios para el autoconsumo de especialistas en la materia.
A lo largo de estas primeras semanas seguro que ya habéis leído o escuchado eso de que ‘Cáceres Abierto’ es un programa de arte y cultura contemporánea, formado por exposiciones, talleres, debates y conciertos, creado en torno a 13 intervenciones realizadas específicamente en el espacio público de la ciudad por artistas internacionales, nacionales y regionales, consagrados, de media carrera y emergentes.
Pero probablemente lo que no se ha contado en los medios es cómo, y por qué, cinco enormes bolos graníticos provenientes de los berrocales naturales de Cáceres acaban en el corazón del casco antiguo de la ciudad (que serán devueltos a su entorno original en las mismas condiciones) por iniciativa de Maider López; o cómo Fermín Jiménez Landa consigue quedarse atrapado y convivir durante dos días con alumnos de albañilería de la Universidad Popular local, en torno a una absurda autoconstrucción en el Parque del Príncipe, de la que después fugarse en equipo; dos ejemplos de 13, cuya información os animamos a ampliar en el sitio web del evento.
Procesos que duran varios meses en contacto y colaboración directa, no solo con agentes culturales de la región, sino también y sobre todo con otros agentes sociales, artesanos, empresas, entidades… y así hasta una veintena de colaboradores vinculados a esta edición, ajenos al sector del arte contemporáneo y que han hecho posible cada una de las intervenciones, participando activamente en la generación de su propia cultura.
Proyectos complejos y de evolución orgánica, durante los cuales algunos no han podido salir adelante, como la pieza Gran Sur del chileno Fernando Prats; o se han visto obligados a mutar por el camino por imposibilidades técnicas, conceptuales o incluso institucionales. Situaciones que, lejos de esconderse debajo de la alfombra, se han ido publicando y explicando por diferentes medios, en un ejercicio de transparencia y responsabilidad con el proyecto y, sobre todo, de sinceridad con los ciudadanos, usuarios últimos del programa y en consonancia con lo que debe ser una buena práctica desde el denominado arte público, entendiendo este como un servicio igualmente público.
Hasta el 16 de junio en Cáceres. Más información
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