El Corte Inglés dona 28.000 euros a Acnur para ayudar a las mujeres y niñas refugiadas

Léelo en solo 2 minutos !!

La marca Alía de premamá realizó una campaña durante septiembre y octubre, por la que El Corte Inglés se comprometió a donar una cantidad por cada prenda vendida.

El Corte Inglés ha entregado un cheque por valor de 28.000 euros al Comité español de Acnur, la Agencia de la ONU para los refugiados. Al acto de entrega han asistido la directora de Proyectos y Relaciones Institucionales del Comité español de Acnur, Belén Camba, y el director de Comunicación y Relaciones Externas de El Corte Inglés, Diego Copado.

“Desde el Comité español de Acnur queremos agradecer esta acción de El Corte Inglés con la cual vamos a llevar a 1.400 niñas por primera vez a la escuela. La educación es un derecho fundamental que además contribuye a erradicar el círculo vicioso de la pobreza”, ha señalado Belén Camba. “Esta colaboración, que tendrá una duración de tres años, nos permitirá trabajar juntos para dar una oportunidad de futuro a miles de niñas. Las alianzas que forjamos con el sector privado marcan una diferencia en la transformación y reconstrucción de las vidas de millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo, y por ello, agradecemos este firme compromiso de El Corte Inglés”, ha añadido.

Esta cantidad procede de la campaña que se realizó en los centros de El Corte Inglés durante los meses de septiembre y octubre y que consistía en donar parte de las ventas de la firma de moda Alía de premamá.

Este proyecto se enmarca dentro del programa ‘Educa a un niño’ de Acnur, que busca escolarizar a un millón de niños en educación primaria en 12 países de todo el mundo. De esta forma, El Corte Inglés colabora con la Agencia de la ONU para los Refugiados en la educación y el empoderamiento de las mujeres y niñas que han huido de sus países por la guerra y la violencia.

El 48% de los refugiados son mujeres y niñas, y por ello Acnur trabaja especialmente con estos colectivos para intentar darles una educación y un futuro en sus respectivos países de acogida. Con 20 euros, una niña refugiada podría ir a la escuela por primera vez. Esto le permitiría empezar su educación, incrementar en el futuro sus posibilidades de autosuficiencia y cuidar de sí misma.