El Museo de Bellas Artes de Badajoz acoge una muestra pictórica del extremeño José Bermudo Mateos

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El MUBA rescata la obra y figura de uno de los grandes representantes del costumbrismo extremeño, aunque se trata de un artista poco conocido en su propia tierra.

Hasta el próximo 10 de enero de 2016 puede visitarse en el Museo de Bellas Artes de Badajoz la exposición pictórica de José Bermudo Mateos (1853-1920). El acto inaugural contó con la presencia de la delegada de Cultura de la Diputación, Cristina Núñez; la directora del MUBA y comisaria de la exposición, Teresa Rodríguez; y la autora del catálogo sobre la muestra y el artista, Yolanda González.

La muestra, compuesta por 42 obras, ocupa las plantas baja y primera del edificio de exposiciones temporales, con entrada por la calle Francisco Pizarro. Un par de cuadros han sido sustituidos por reproducciones fotográficas debido al tamaño de los lienzos, difíciles de encajar en las nuevas salas expositivas.

Academicista, descriptivo, entrañable, cotidiano, bucólico, sereno, brillante… son algunos de los calificativos utilizados para definir la personalidad del autor. A estos habría que añadir el de desconocido, tal y como sostiene Teresa Rodríguez: “es poco conocido en su tierra a pesar de pertenecer a la generación de nuestros pintores extremeños más reconocidos del XIX”.

Ese desconocimiento puede deberse a la salida temprana de Extremadura rumbo a Madrid, sus viajes por Europa, Centroamérica y Norteamérica, y a la dispersión de sus cuadros, parte de ellos fuera de España, circunstancia que ha dificultado reunir las 42 obras que componen la muestra. Varias de ellas forman parte de la exposición permanente del museo; otras provienen de los fondos de la Diputación de Cáceres; y el resto de préstamos particulares y de otros museos.

“Pueden parecer pocas, -añade Rodríguez-, pero son las únicas obras localizadas del pintor, exceptuando los óleos conservados en museos de San Francisco y Chicago, además de otros en una colección particular en Buenos Aires”.

La recuperación de artistas extremeños, primando los pacenses, es una de las señas de identidad del MUBA. Cristina Núñez lo describe como “noble tarea que conlleva una profunda labor de investigación, lo que nos permite conocer páginas de nuestra historia que, probablemente, se perderían si no fuera por cometidos como este”.

Vivió Bermudo la transición del academicismo a la modernidad, participando, como resalta Rodríguez, “de la obra de género y costumbres, pinta paisaje del natural, refleja el realismo social y practica el retrato, fórmulas que avanzan por la aparición de una fuerte burguesía”. No olvidó la pintura religiosa ni romántica.

Participa en las exposiciones nacionales de Bellas Artes hasta en diez ocasiones. Y hasta en tres ocasiones solicita una beca a la Diputación de Cáceres, que nunca le fue conceida. “Esto no amilana al artista -precisa la comisaria de la muestra-, que vendiendo su propia pintura conseguirá viajar a Italia y Francia”.

El Museo de Bellas Artes de Badajoz , en esta última década, ha adquirido tres obras del pintor y gestionado dos depósitos del Museo del Prado. La delegada de Cultura agradeció la colaboración de los propietarios particulares, de la Diputación cacereña y de los miembros de la Asociación de Amigos del MUBA , “que de manera altruista cumplen la importante función de ser puente entre el museo y la sociedad”.

José Bermudo Mateos nació en1853 en el arrabal de Huertas de Ánimas, junto a Trujillo. Fue alumno de la Escuela Superior de Pintura de Madrid, presentándose frecuentemente a las Exposiciones Nacionales desde 1876. Pertenece a esa fructífera generación de pintores de transición dentro de la vorágine de las tendencias de gustos privados y oficialidad que transita hacia la modernidad y que, partiendo de temáticas costumbristas, participan del retrato, el paisaje, la grandilocuente pintura de historia e incluso de la religiosa.

Formado en Madrid, visitó Italia y París; entre 1880 y 1881 residió de nuevo en Extremadura, aunque regresó a la capital de España al año siguiente, pasando largas temporadas en Aranjuez. Entre sus obras destacan ‘Una Bacante’, presentada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1876. En 1881 repitió con la obra ‘Los Mártires’, y en 1987 volvió a presentarse a la Exposición madrileña con ‘Alfonso XII visitando a los coléricos de Aranjuez’. También fue profesor con título de la Escuela Central de Artes y Oficios.

Pintor esencialmente romántico y costumbrista, con un lenguaje figurativo y dentro del realismo decimonónico, consiguió ciertas calidades por su capacidad de dibujante y suficiente práctica académica. Con el cuadro ‘¡Vaya un par!’ fue condecorado con la Cruz de Caballero de Isabel la Católica.

El horario de visitas es, por la mañana, de martes a domingo (ambos inclusive) de 10.00 a 14.00 horas, y por la tarde, de martes a sábado de 16.00 a 20.00 horas.