Elena Ayuso. Remando por la igualdad. Grada 94. Perfil

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Elena Ayuso ha logrado a sus 19 años numerosos triunfos deportivos en el piragüismo, pero lo que más le engrandece es su lucha por la igualdad y accesibilidad al deporte.

Felipe Ferrín
Fotos: Eduardo Sierra

Natural de Herrera del Duque, Elena Ayuso ha logrado a sus 19 años numerosos triunfos deportivos en el piragüismo, pero lo que más le engrandece es su lucha por la igualdad y accesibilidad al deporte. Elena es la única piragüista con discapacidad intelectual de España, y lleva muchos años teniendo que superar trabas e impedimentos para poder competir. La herrereña ha demostrado su valía con la pala y cuenta sus actuaciones prácticamente por podios; sin embargo, no puede competir en las series internacionales por no existir un consenso en cuanto a la discapacidad intelectual en este deporte a nivel europeo o mundial. La paracanoe del Club Piragüismo Badajoz fue galardonada el pasado 7 de septiembre con la medalla de Extremadura, siendo una de las más jóvenes en recibir la máxima distinción de nuestra región.

¿Cómo comenzaste en el deporte, cómo llegaste al piragüismo?
Mi madre tuvo la culpa, en realidad vine un poco engañada porque yo no quería hacer deporte; estaba todo el tiempo en casa hasta que mi madre encontró la mejor solución posible. Paco, el ex presidente del club, se puso de acuerdo con ella para hacerme creer que venía de paseo, a pasar el rato. Tenía 12 años y había probado todo tipo de deportes, natación, hípica, baile de salón… pero el único que me ganó fue el piragüismo.

Eres natural de Herrera del Duque, ¿cómo llegas a Badajoz?
Antes de entrar en el mundo del piragüismo ya vivía en Badajoz porque necesitaba una ciudad con unas condiciones especiales, como un colegio con logopeda. Lo mejor de haber venido a Badajoz fue conocer el club de piragüismo, son como mi segunda familia.

¿Qué haces en tu tiempo libre?
Realmente tengo poco tiempo, porque por la mañana me dedico al gimnasio y por la tarde al piragüismo; no obstante, siempre que puedo me gusta estar con mi familia y amigos, me gusta mucho la televisión y el móvil, lo normal en un adolescente.

¿Qué papel juegan tu familia y tus amigos en tu vida?
Para mí la familia lo es todo. Mi hermana fue capaz de apuntarse al piragüismo una semana más tarde que yo por acompañarme y hacerme sentir más segura; la verdad es que ella me ayudó mucho, ella hacía canoa y yo kayak. Actualmente me sigue animando por las redes sociales, me acompaña a las competiciones nacionales y siempre esta ahí, mi hermana es fundamental para mí. Por otro lado, mis padres hacen unos viajes larguísimos para estar siempre a mi lado y siempre se preocupan por mí, igual que mis amigos, que me apoyan incondicionalmente; creo que es algo fundamental en esta vida.

¿Cómo fueron tus inicios en el piragüismo competitivo?
Yo competía en el piragüismo convencional, pero es cierto que iba más despacio, me costaba mucho mantener el equilibrio en embarcaciones de competición. Nunca me rendí y puedo decir que nunca me he retirado porque el piragüismo me gustaba mucho. Un día, en una competición, cuando mis rivales ya habían acabado y se comían su bocadillo, yo continuaba remando para llegar a la meta; todos me decían que me retirara, pero no entendía por qué tenía que hacerlo, me gustaba lo que hacía y quería llegar a la meta, tardara más o tardara menos, había ido allí para eso. Desde ese momento mis amigos del club me ayudaron para competir en modalidades adaptadas y poder defender al club a nivel nacional.

Y desde entonces, prácticamente cuentas competiciones por medallas.
La verdad es que los resultados han sido muy buenos. Tengo tres subcampeonatos, tres bronces y un oro en sub23. Me siento muy orgullosa de esos triunfos, conseguir una medalla es algo inolvidable.

Si tuvieras que elegir una temporada, ¿con cuál te quedarías?
El año 2014 fue muy especial, disputé la Copa de España y fui a las Nacionales, fue una experiencia única. Me sentí deportista y a nivel deportivo estoy muy contenta con mis actuaciones. Además, fui la pregonera de las fiestas de mi pueblo, recuerdo que estuve por la noche en la feria y al día siguiente viajamos a Asturias para disputa la Copa de España.

¿Cuál es tu distancia favorita para competir?
Siempre me he movido bien en distancias largas aunque últimamente le estoy cogiendo mucho gusto a los 200 metros. Al final, todo es piragüismo y me gusta mucho, aunque es cierto que siempre me he decantado por las largas distancias.

Háblanos de la situación de tu discapacidad en el panorama internacional del piragüismo.
Es algo complicado. Soy la única piragüista con discapacidad intelectual de España, y en Europa tan solo hay un caso como el mío. A nivel nacional compito contra rivales que tienen una discapacidad física, y pese a que los resultados son muy buenos no puedo dar el salto a la competición internacional porque no hay un baremo para mi discapacidad intelectual. Realmente me siento una privilegiada por abrir camino a otros deportistas como yo que vengan luchando por detrás. Estamos intentando que se solucione la situación para poder competir en unas series internacionales, pero a día de hoy es algo que no puedo hacer.

¿Quién tendría que actuar para que pudieses competir a nivel internacional?
Yo creo que la Federación Internacional de Piragüismo, que es la que no permite en estos momentos la inscripción de discapacitados intelectuales. Se basa en que no se puede medir ni comparar la discapacidad intelectual con la física, y como no hay muchos casos como el mío no me permiten medirme en la piragua a otros rivales de distintos países.

¿Crees que el entorno general del deporte se adapta a las personas con discapacidad?
Yo creo que sí. Es cierto que cuando se habla de discapacidad se piensa siempre en la física y todo deporte tiene increíbles adaptaciones para las discapacidades físicas. Si hablamos del deporte en general también podemos ver multitud de adaptaciones a la discapacidad intelectual; el mío es un caso concreto en el que la Federación Internacional no se adapta a mi discapacidad intelectual. A mi no me falta un brazo ni una pierna, una parte de mi cerebro está más inactiva y eso no se ve, pero no creo que sea razón para no poder competir como lo hacen mis compañeros.

Hace poco has recibido la Medalla de Extremadura; ¿cómo te enteraste de la noticia?
Estaba dormida. Nuria, mi entrenadora, llamo a casa y se lo contó a mi madre, y yo me desperté con las voces. Me puse al teléfono y me dio la enhorabuena, le pregunté el motivo y me dijo que me habían concedido la Medalla de Extremadura; no me lo creía. Ella siempre ha sido muy importante en mi carrera deportiva y que me comunicara esa noticia fue ‘lo más’.

¿Y qué sentiste el día de la entrada de la Medalla?
No puedo decirte una única sensación, sentía de todo. Llegamos al Teatro Romano de Mérida y ver a tanta gente que te felicitaba me llenó de emoción. La verdad es que no me imaginaba la magnitud del premio, estaba muy nerviosa pero sentí en todo momento la satisfacción del trabajo bien hecho, que todo esfuerzo tiene su recompensa y ese día iba a recibirla. Fue un orgullo para mí, primero como extremeña y segundo como deportista.

¿Recuerdas especialmente alguna de la felicitaciones?
Una de las azafatas me dijo: “Elena, yo tengo una hermana que tiene lo mismo que tú”; me quedé muy sorprendida porque no me lo esperaba, y continuó: “Me parece muy bien que hayas conseguido poner el Teatro en pie, yo soy muy fuerte pero contigo me derretí”; fue lo más bonito que me dijeron aquella noche.

Y entonces, tomas la palabra al recibir la Medalla de Extremadura, dices tu discurso y todo el público, en pie, rompe en una sonora ovación; ¿Qué sentiste en ese momento?
Fue muy emotivo, me emocioné al nombrar a mi profesora, Isabel Fernández, creo que fue algo único. Pude mencionar a Nuria y Alejandro, los dos artífices de mis éxitos en paracanoe, a mis padres, amigos, hasta mi pueblo. Sin duda, uno de los momentos de mi vida.

Eres una de las más jóvenes en recibir la Medalla de Extremadura. ¿Qué crees que has hecho o conseguido para recibir un galardón de este calibre?
Más allá de los triunfos deportivos lo importante es que intento hacer visibles a las personas con discapacidad que luchan por conseguir su meta. Es fundamental que se escuche a todos, y esas personas no deben nunca abandonar. Yo he trabajado mucho para llegar a esto, incluso ha habido momentos en los que lo he pasado mal, pero ahora me alegro de ello porque seguro que hay personas a las que ayudo con mi ejemplo. La Medalla de Extremadura es un reconocimiento para mi familia y, en concreto, para mis padres y mi hermana, que han luchado tanto como yo por esto.

El deporte femenino está de moda en Extremadura, la mayoría de los grandes triunfos los consiguen las chicas y los equipos femeninos. ¿Qué opinas de la relación de la mujer con el deporte?
Merecemos más reconocimiento del que nos dan. En la mayoría de las ocasiones tan solo nos diferencian de los chicos aspectos físicos como la fuerza, pero la lucha y la entrega de nuestras deportistas merecen premios y difusión.

La revista Grada trabaja en beneficio de colectivos en riesgo de exclusión social. ¿Nos podrías dar un mensaje para ellos?
En una frase lo digo todo: todo somos iguales. Recomiendo el deporte como herramienta de integración y adaptación; la actividad deportiva solo nos reporta beneficios y es muy buena para la salud.

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