Foto: Félix Méndez
Nacido en Badajoz en 1966, Fernando Gabriel Echave, más conocido como Gecko Turner, es un músico y cantante ecléctico cuya música reúne influencias muy dispares, que van del blues al folk, pasando por el soul, el funk o los ritmos africanos y caribeños. Ritmos bailables, bellas melodías y letras ingeniosas escritas en diversos idiomas caracterizan sus canciones, reunidas en cinco discos y en una decena de sencillos en solitario.
¿Cómo llegaste al mundo de la música?
Pues creo que, primero, escuchando la radio; luego me fui enviciando con algunos discos y cassettes, porque mi padre hacía un programa deportivo en la radio, y en la emisora me prestaban discos para grabarlos. Aprendí a tocar un poco la guitarra con los amigos en la calle, y más tarde tuve la fortuna de conocer a grandes músicos y pude trabajar con ellos; aprendí mucho y me ayudaron a darle forma a mi estilo.
Antes de lanzarte en solitario creaste bandas como ‘The Animal Crackers’, ‘The Revrendoes’ o ‘Perroflauta’; ¿qué te hizo querer volar solo?
Esto de las bandas a veces es complicado. Montas un proyecto con alguien cuando compartes la forma de entender la música y ves que hay cosas en común, te complementas bien y sientes que hay armonía, respeto y admiración mutuos. Pero cuando estas premisas desaparecen y empiezas a notar que se inflan los egos, surgen las envidias y todo tipo de malos rollos cada dos por tres, lo mejor es dejarlo y que cada uno siga por su camino. Así que en 2003 tomé la decisión de seguir en solitario, saqué un disco y empecé a dar conciertos como Gecko Turner.
Alguna vez han definido tu estilo como ‘Soul Afromeño’; ¿te gusta esa definición?
Bueno, me resulta simpática.
¿Cómo definirías tu música?
Prefiero no definirla, creo que ya se define ella por sí sola cuando suena. Pero quizá el adjetivo que engloba toda la música que más me gusta es ‘afroamericana’.
¿A quién va dirigida?
Va dirigida a todo el mundo, literalmente, porque gracias al trabajo de mis amigos de Lovemonk Records llega prácticamente a todos los países de los cinco continentes. El último trabajo, publicado el pasado mes de octubre, ha cosechado excelentes críticas y ya ha sonado en emisoras de Alemania, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Nigeria, Sudáfrica, Australia, Ucrania, Italia, Rusia, Japón, Suecia, Corea del Sur, México, China… y seguro que me quedo algunos países en el tintero. La verdad es que es flipante saber hasta dónde llegan estas canciones, concebidas en Extremadura.
¿Eres exigente a la hora de componer?
Claro, por supuesto. Las canciones son mis criaturitas, y hasta que no están como a mí me gusta que estén no las suelto para que se busquen la vida por ahí. Eso sí, es conveniente recordar que cuanto menos se manoseen las ideas, es decir, cuanto más fresca sea la cosa, mejor. Por ejemplo, ‘This is the one’ es una canción bastante sencilla, de muy pocos acordes, pero tiene algo especial; cuando Julian Lennon, el hijo mayor de John Lennon, la eligió como ‘Pick of the week’, algo así como ‘canción de la semana’, en el programa de radio que hace desde San Francisco, no pude evitar emocionarme y pensar que, de alguna manera, todo tenía sentido; y recordé a mi madre, que cuando yo tenía 14 o 15 años se preocupaba de que aprendiese bien inglés y me ayudaba a comprar mis primeros discos de The Beatles.
Tu primer álbum en solitario, ‘Guapapasea!’, tuvo un éxito considerable en Estados Unidos; ¿supuso un punto de inflexión en tu carrera musical?
Sin duda. Una disquera de Hollywood, Quango Music Group, se interesó por mi primer álbum y le compró los derechos a Lovemonk Records para fabricarlo, distribuirlo y venderlo en Estados Unidos y Canadá. La ‘promo’ que montaron fue impresionante. Hicimos un montón de programas de radio, televisión, prensa… Y tocamos en Nueva York, Austin o Los Ángeles (en el emblemático ‘Knitting Factory’, en Hollywood Boulevard). El disco se publicó allí a principios de 2006, así que cuando aquí se estaba lanzando ‘Chandalismo ilustrado’ yo volaba a Estados Unidos y tenía que cambiar el chip para centrarme en la promoción de ‘Guapapasea!’, que en Europa se publicó a finales de 2003. Fue una época muy divertida. Y después de eso siempre que he vuelto a hacer promoción de nuevos discos en Estados Unidos se nota que llueve sobre mojado, la crítica ya te conoce y todo resulta más fácil.
Si tuvieras que elegir una de tus canciones, ¿con cuál te quedarías y por qué?
No podría decirte una; si se enteran las demás se pueden poner celosas y enfadarse con su madre [Risas]. Bueno, ya sin cachondeo, es posible que, si canciones como ‘Guapapasea’ o ‘Un limón en la cabeza’ no hubiesen nacido con buen pie, quizá no estaríamos hablando de nada de esto hoy en día. De alguna manera se han convertido en estandartes y me han posibilitado seguir en esto de la música, que en el fondo es un sacerdocio como otro cualquiera.
Galardonado en 2004 con el Premio Extremadura a la Creación, junto a Juan Marsé, Enrique Morente y Félix Grande, o en 2007 con el premio Extremeño del Año del diario Hoy, ¿te sientes profeta en tu tierra?
No me siento profeta, ni aquí ni en ningún lado, pero sí que me siento de mi tierra. En todos estos años viajando por el mundo mi lugar de residencia siempre ha estado en Extremadura, más allá de que tuviese que pasar semanas o meses fuera por cuestiones de trabajo.
Colaboras en tus discos y directos con grandes músicos de todas partes del mundo; ¿recuerdas alguna colaboración con especial cariño?
Muchas. Trabajar con gente como Rubem Dantas, Yelsy Heredia, Irapoän Freire, Brannen Temple, Javier Massó ‘Caramelo’, Diego Antúnez, Edu Nascimento, Álvaro Fernández ‘Dr. Robelto’, Rafa Prieto, Javi Mojave, Pablo Hernández, Akin Onasanya, Pepín Muñoz… es gloria bendita, un auténtico privilegio.
¿Cuál sería tu colaboración soñada?
Pues no lo sé, ¡últimamente no me acuerdo de los sueños! Pero sí que me hubiese gustado grabar algunas cosas con Roy Hargrove, o hacerle un disco a George Michael, que para mí tenía una voz y una forma de cantar preciosa, llena de magia. Oye, ahora que me acuerdo, Rod Stewart sigue por este mundo, ¿no? Podría ser un candidato más factible.
Háblanos de tu último trabajo hasta el momento, ‘Soniquete’.
Se trata de un recopilatorio que glosa mis 15 años en Lovemonk Records. Fue idea de la propia disquera, me llamaron por teléfono para contármelo y me pareció genial. Lo han titulado ‘Soniquete: The sensational sound of Gecko Turner’, y presenta 13 cortes clásicos seleccionados de los cuatro álbumes anteriores en el sello, más un tema nuevo que se llama ‘Cortando Bajito’. El lanzamiento del álbum coincide con las reediciones en vinilo de los álbumes ‘Guapapasea!’ (2003), 2LP, y ‘Chandalismo ilustrado’ (2006), 2LP, hasta ahora solamente editados en CD.
¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo?
Sí, tengo entre manos unas cuantas canciones candidatas a formar parte de un nuevo álbum, que espero publicar a principios de 2020.
¿Hacia dónde va la creación musical, con las plataformas online y las nuevas formas de comercializar los trabajos de los compositores e intérpretes?
Aunque el CD sigue fabricándose y vuelve a tener auge, sobre todo en Japón, donde se sigue vendiendo muchísimo, está claro que el futuro está en el streaming. Así que hay que ponerse bien las pilas con esto y tratar de que las plataformas online paguen a los creadores e intérpretes bastante más de lo que pagan ahora, que es una miseria.
¿Qué opinas de programas como ‘Operación Triunfo’ o ‘La Voz’?
No puedo opinar mucho de estos programas. Una vez me encontré con uno haciendo zapping y me pareció algo horrible y grotesco.
¿Qué consejo le darías a un joven que quisiera iniciarse en el mundo de la música?
No soy mucho de dar consejos. Hay que tener presente que cuanta más técnica se tenga, mejor, pero en la cosa de la música lo más importante es la magia, por encima de la técnica. Dicho de otra manera: a veces escuchas a alguien que hace un fraseo, una virguería super complicada y te quedas ‘flipao’, y te preguntas ¿cómo habrá hecho eso? Otras veces escuchas a un tío que hace una sola nota y se te saltan las lágrimas.
¿Qué te parece el panorama musical extremeño en la actualidad?
Creo que hay más y mejores músicos que nunca en nuestra región. La juventud viene cortando bajito. De todas maneras, me parece que hay demasiados grupos que hacen tributos, y me gustaría que la gente fuese más original y se arriesgase haciendo sus propias canciones; pero, en fin, cada uno hace lo que puede y la gente tiene que buscarse la vida de alguna manera. Igual un día me da por hacer un disco de versiones de Bob Dylan o de Lou Reed, nunca se sabe. En cualquier caso, para mí lo mejor de la música de Extremadura está en el flamenco, en nuestros palos autóctonos, los tangos y jaleos, y en monstruos como Alejandro Vega, La Caita, Miguel Vargas, Celia Romero, etc.
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