Carlos Sánchez
El profesor de la Universidad de Sevilla Manuel F. Fernández Chaves protagonizó la conferencia ‘El ascenso social converso: Dificultades e invención genealógica del linaje Caballero en la Sevilla del Quinientos’, en el contexto de la XV Reunión científica de la Fundación Española de Historia Moderna en Santander en 2018. A su conclusión la Fundación, junto con la Universidad de Cantabria, editó una recopilación de comunicaciones con el título ‘Monarquías en conflicto, linajes y noblezas en la articulación de la monarquía hispánica’.
Hablo de ellos en especial porque, aunque son andaluces de origen, buscan descender de Extremadura por cierto interés que tienen, aparentar un origen que en realidad no tienen, en una época en la que recientemente habían sido expulsados los judíos (1492), quedando en la península los que se habían convertido al cristianismo, que eran los denominados conversos o cristianos nuevos; de la misma forma se hablaba de los musulmanes convertidos o moriscos.
El iniciador fue Diego Caballero, que fue nombrado Mariscal de la Española, entre otros cargos, gracias a su portentosa actividad como mercader de perlas, azúcar, cueros y esclavos, construyendo además una riquísima capilla en la catedral de Sevilla e inmortalizando a su familia en un magnífico retablo pintado para aquel espacio por Diego de Campaña. En la segunda mitad del siglo XVI y en años sucesivos los descendientes de Diego Caballero ‘el Mariscal’ y de sus familiares pasaron a formar parte del núcleo de la oligarquía municipal hispalense. Entroncaron con otras familias de raigambre judeoconversa, como los Cabrera, los Illescas y los Alcázar, también afincadas en la ciudad, además de otras familias ‘cristianoviejas’, continuando con sus negocios americanos al tiempo que diversificaban sus lazos con otros conversos y cristianos viejos.
Como en el caso de otras familias de ascendencia conversa, el diseño de un pasado nuevo encontró su elaboración tanto en historias genealógicas como en la construcción del linaje articulada en torno a las declaraciones de los testigos de expedientes para la concesión de hábitos de órdenes militares, donde se aquilataba la fama y buen nombre del individuo sujeto a examen.
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