El poder de una convicción
Jorge Morgado
Está de moda la práctica del ‘coaching’. Prácticamente no eres nadie si en estos momentos no ha pasado por tu vida un profesional de la motivación y de la búsqueda de tus sueños y aspiraciones. Su labor: ayudarte a ganar confianza, guiarte para conseguir tus objetivos o hacerte ver que puedes cumplir tus sueños realidad.
Vamos, eso que durante toda la vida han hecho los buenos líderes de cada grupo social. Líderes como José Antonio, Paula o Enrique, que creyeron en todo momento en un proyecto integrador y que nos transmitieron esa ilusión a unos ‘locos’ hace más de cien números de revista.
El antecedente, casi ya en la prehistoria, de Grada fue una revista de deporte local. Redeportiva, se llamaba, fue el germen y una experiencia de la que aprender. Lejos de conformarse, estos emprendedores ampliaron horizontes y se lanzaron a la aventura del ocio y la cultura, siempre sin perder esa perspectiva social. Nosotros, los colaboradores y amigos, en mayor o menor medida, estuvimos compartiendo con ellos su sueño, que supieron hacerlo también nuestro, gracias a su perseverancia y poder de convicción.
Hoy, Grada es mucho más que una revista. Es un referente informativo y la excusa para hacer la vida más fácil a personas y ayudarlas a integrarse en su entorno social y laboral.
Solo por ver hechos realidad proyectos como Theracenter o Mowebment, y por la cantidad de buena gente que vive bajo la atmósfera de Grada, merecían la pena esas reuniones de coordinación, esos viajes a cubrir eventos (como el campeonato de España de boomerangs, siempre lo recordaré) o el trabajo de edición de contenidos hasta bien entrada la madrugada. Gracias por contar conmigo durante todos estos años, y os prometo que volveré.
Cómo la revista Grada ha cambiado mi vida
Lourdes Sangrós
¿Cómo puedo resumir en unas líneas todo lo que me ha aportado la revista Grada? ¿Es posible resumir casi 10 años de mi vida dedicada a una publicación y a un proyecto diferentes, de los que me siento profundamente orgullosa?
Empezaré por el principio. Hace nueve años yo trabajaba en Punto Radio a media jornada y, para completar mi tiempo, comencé a colaborar con una revista llamada Grada que acababa de empezar a dar sus pasos; siempre me había gustado escribir y me pareció una oportunidad profesional.
Poco a poco fui conociendo a un equipo de personas maravillosas que han permitido que vea la vida con otros ojos, o con unas gafas diferentes, las de la integración, las de la visibilidad de las personas con discapacidad que tantísimo ejemplo dan y que, mal que nos pese, tienen muchos obstáculos que superar, y no solo los propios de su discapacidad.
También he aprendido mucho profesionalmente, he perdido la cuenta de cuántas entrevistas, reportajes, noticias o columnas he hecho para esta revista. ¡Hasta tengo mis pequeñas anécdotas! Nunca se me olvidará lo bien que me lo pasé entrevistando a los hermanos Juan y José Salazar, Los Chunguitos, que no paraban de cantar ni haciéndose fotos con el maestro Miguel Borrero, ni tampoco paraban de interrumpirse cuando les hacía el cuestionario. Rosa Morena, qué mujer más encantadora, nos enseñó (por cierto también con Miguel Borrero a la cámara) su casa y nos abrió las puertas de su vida y de su corazón… Son solo ejemplos de todas las personas que han protagonizado ese ‘Perfil’ que permite conocer a extremeños, de nacimiento o de adopción, que han hecho cosas grandes.
Por último, y no menos importante, Grada me hizo conocer al que hoy es mi marido y el padre de mi hijo, lo más grande que he hecho en mi vida. Tengo tanto que agradecerle a esta revista que 300 palabras se quedan cortas. Gracias
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