Gran Hermano II. Grada 125. Juan Zamoro

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Además de los sistemas automatizados de reconocimiento facial que describía el mes pasado, China ha puesto en marcha una maquinaria aún más cuestionable de control de la población. A finales de 2014 comenzaron las pruebas del Sistema de Crédito Social. Se trata de un mecanismo estatal de control de reputación que puntúa a la población china en función de su comportamiento.

Al igual que nuestro carné de conducir, cada ciudadano chino partirá con un determinado crédito que indicará su nivel de ‘confiabilidad’ por parte de instituciones y, ¿por qué no?, otras organizaciones. ¿Qué acciones puede valorar el Sistema? ¿Qué pérdida de crédito supone cada una de ellas? La respuesta corta es que no existe documentación detallada al respecto. Las autoridades chinas solo han aportado, de momento, ejemplos de acciones concretas que pueden suponer la pérdida de puntos: infracciones financieras, impago de multas, disculpas poco sinceras, culpables de delitos en el último año, fumadores en vagones de tren, difusión de información falsa sobre terrorismo… La lista no es exhaustiva ni cuantifica los ‘puntos’ perdidos por cada infracción.

Lo que sí parecen claros son los efectos de contar con un bajo crédito social. Automáticamente queda bloqueado el acceso a la compra de billetes de avión o tren. Parece ser que, también, es posible perder el derecho a alquilar determinadas viviendas.

Ya en los primeros meses de pruebas las autoridades incluyeron a más de seis millones de personas en la lista negra de ciudadanos incívicos que tenían restringido el acceso a los transportes.

La inclusión en dicha lista aplica restricciones durante un periodo mínimo de un año. Transcurrido este, será posible solicitar una revisión que, quizás, libere al ciudadano díscolo de su condena.

El Sistema completó sus pruebas a principios de 2017, pasando a utilizarse desde entonces en algunas áreas del país. Su uso será obligatorio en 2020. Tan solo algunas regiones administrativas, como Hong Kong o Macao, han anunciado que no lo implantarán. Para el resto de ciudadanos, realizar acciones tan cotidianas como optar a un puesto de trabajo, solicitar un préstamo, elegir colegio para los niños, acceder a un hotel o recibir determinada atención sanitaria puede ser cuestión de puntos.

Enlaces:
www.expansion.com/sociedad/2018/05/20/5b01c9d0e5fdeadb738b464f.html
www.xataka.com/privacidad/china-se-convierte-en-black-mirror-los-ciudadanos-con-bajo-credito-social-no-podran-usar-aviones-ni-trenes

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Gran Hermano II. Grada 125. Juan Zamoro
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Además de los sistemas automatizados de reconocimiento facial que describía el mes pasado, China ha puesto en marcha una maquinaria aún más cuestionable de control de la población.
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