Mamen Vázquez
Estaba claro que una marca mítica como es Mercedes-Benz, con su ya larga y dilatada experiencia, tenía que aprovechar todos estos conocimientos de tantos años para crear unas máquinas dignas de la época en la que estamos. Estos avances de la ciencia y de la tecnología llevados a la automoción de la mano de Mercedes-Benz dan un resultado de triunfo con sus nuevos modelos.
Mercedes-Benz está de enhorabuena, ya que en lo deportivo han hecho un trabajo impecable para estar durante varios años en lo más alto de la élite del motor. Han ganado Campeonatos de Fórmula 1, tanto el de pilotos como el de escuderías. Y con estos conocimientos no cabe la menor duda que algo había que aplicar para fabricar los coches de calle, y eso no es otra cosa que una gran ventaja.
Al nombre de Mercedes-Benz le precede y avala, que durante muchos años han sido coches buenos, de lujo, fuertes, irrompibles y así un largo etc. Pero en estos momentos han añadido algo más que ya los hace irresistibles. Han renovado casi toda su flota añadiendo una línea más actual, más deportiva, más juvenil y un sin fin de datos, tanto interiores como exteriores que los hace único.
Por fuera empezamos a ver coches con una línea más deportiva, con unos acabados que a la vista destacan cuando los ves pasar. Y por dentro, ¿qué decir de ello? Hacen que la conducción sea mucho más fácil, sobre todo para aquellos que les gusta menos conducir; conducir un Mercedes no tiene complejidad alguna. Te facilitan todo hasta el punto de conseguir que la conducción sea tan simple que cualquiera lo puede hacer, pero además disfrutándolo.
También miran mucho por la seguridad, con una serie de condicionantes dignos de la mejor máquina. Apenas tienes que apartar tu mirada de la carretera, porque tan solo con decir “Hola Mercedes” ya lo tienes a tu disposición.
Yo estaba enamorada de estos coches desde hace tiempo, y recientemente tuve el privilegio de probar los últimos modelos que han salido a la calle, y quedé realmente encantada.
Los Mercedes-Benz no se conducen, se disfrutan. Aportan comodidad, seguridad y unas ganas de no bajarte nunca de ellos, aunque cuando lo haces sigues disfrutando porque, si por dentro son impresionantes, por fuera puedes pasarte horas mirándolos y no te cansas.
PD: Privilegios que te da la vida, como conducir un Mercedes.
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