Lanzarte
Artista extremeña licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, Isabel Flores centra su trabajo en el análisis del motivo ornamental como reflejo de la cultura en la que se aplica, encontrando elementos comunes así como otros valores propios de cada lugar de origen, los cuales emplea para crear microcosmos plásticos a partir de la repetición, prestando especial atención al error fortuito como elemento expresivo y rastro de un trabajo manual original. Recientemente ha sido beneficiaria de las ayudas a artistas visuales de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, con su proyecto Ad infinitum. Hemos charlado con ella y esto es lo que nos ha contado.
¿Recuerdas tu primera experiencia con el arte?
Creo que cada vez que una exposición u obra de arte sorprende puede vivirse como una primera experiencia con el arte. Recuerdo de manera especial de la primera vez que pinté un cuadro al óleo, tendría 7 u 8 años y mi tío me llevó al campo caballete y maletín en mano, al más puro estilo impresionista, la primera vez que visité el Museo Vostell en Malpartida o la primera vez que vi en directo la obra de Joyce Kozloff en el Ludwig Forum Für Internationale Kunst de Aachen, Alemania. Fueron sensaciones diferentes que el arte sigue provocándome y que me hacen sentir en el lugar correcto.
Entre mayo y junio presentaste tu proyecto Ad infinitum en Cáceres. ¿En qué consiste esta exposición?
Ad infinitum, beneficiario de las Ayudas a Artistas Visuales de Extremadura 2018, es parte del proyecto de investigación que desarrollo desde 2013 entorno al ornamento en la pintura contemporánea. De manera más concreta, en Ad infinitum investigo sobre la ornamentación griega y romana, me apropio de su ornamentación trasladándola a una pintura contemporánea a partir de la repetición y modificación del ornamento hasta los límites del soporte para generar una reflexión acerca de la relación del espectador con el espacio. Este juego de formas, color, vacío, además de la extracción de la forma, construyen un diálogo entre culturas, tiempo, situación de la obra (dentro-fuera del espacio expositivo), etc. Por lo que Ad infinitum supone además un regreso al estudio y al espacio expositivo.
Durante los últimos años has realizado multitud de murales por toda Extremadura y actualmente resides en Hornachos; ¿te consideras profeta en tu tierra?
Es difícil ser profeta en tierra propia. Llevo algunos años con mi proyecto artístico, he vivido y trabajado en diferentes ciudades dentro y fuera de España (Estambul, Berlín, Pontevedra, Madrid…). Aquí he regresado con un proyecto planteado que sigue desarrollándose cada día y por el cual siento que estoy recibiendo el apoyo en Extremadura, desde la Junta, Diputación, salas y personas que se interesan por mi trabajo y estoy agradecida por ello.
Por último, ¿cómo ves la situación del arte en nuestra región?
La situación del arte en Extremadura me ha sorprendido de manera muy positiva, estoy conociendo artistas, gestores, comisarios muy interesantes y profesionales que apuestan por realizar su trabajo desde y en la región y creo que esto es importante. Los proyectos, eventos y salas de exposición que hay tienen una programación de buena calidad, se trabaja, lo cual es señal de que aún queda mucho por hacer, lo cual es una buena señal.
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