Mamen Vázquez
Un año más pude estar presente durante todo el fin de semana en este evento que recomiendo a todo buen amante del motor. El ‘Espíritu del Jarama’ es una reunión de toda clase de vehículos, especialmente los que han pasado a la historia del motor y se consideran clásicos. Verdaderas joyas, ya sea por su fisonomía o por la historia que atesoran.
Es como entrar en el museo del automóvil, pero con el privilegio de poder ver a estas reliquias andando. Es difícil describir lo que eso supone para los que amamos el mundo del motor; hueles la gasolina, percibes el olor de la goma quemada, escuchas los derrapes, sientes el rugir de esos motores y ves correr esas reliquias en la pista. ¿Qué más se puede pedir?
Aunque no conozcas apenas a nadie te identificas en cada una de las personas que conforman este evento, cuando los ves arreglando sus coches para salir a pista, o cuando aceleran y notas cómo les cambia la cara, o cuando los limpian y miman como si de ellos mismos se tratara.
La extensa colección iba desde los clásicos de calle de toda la vida, pasando por los clubs de los distintos modelos y, cómo no, la categoría reina del motor no podía faltar, con Fórmula 1 de diferentes épocas. Verdaderas joyas dignas de viajar en el tiempo y observarlas hasta sus entrañas, con esos motores V12 entre otros. Tampoco faltaron los Fórmula 5000, los sport prototipos, GT’s, e incluso una representación de las dos ruedas con MotoGP.
Son dos días a tope en los que, además de ver estas verdaderas joyas andantes, también te puedes encontrar con otras cosas que te transportan a tiempos pasados. Basta con pasear por el paddock y ver las actividades con las que todo el público, desde niños a mayores, puede disfrutar de la magia del pasado. Una magia que los que amamos el motor queremos seguir teniendo muy viva y presente. Por eso ya comienza la cuenta atrás para volver a revivir tiempos pasados cuando volvamos el próximo año.
¿quieres saber más?