Jesús Cimarro. El teatro por bandera. Perfil

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Jesús Cimarro, nacido en 1965 en la localidad vizcaína de Ermua, es empresario, productor teatral, escritor, profesor, articulista y el actual director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida .

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Fotografías: Felipe Ferrín, Jero Morales, David Agrait
Redación: Felipe Ferrín / JAL

Nacido en la localidad vizcaína de Ermua en 1965, Jesús Cimarro es empresario, productor teatral, escritor, profesor, articulista; ocupa en la actualidad cargos tan importantes como el de presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid y de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas Productoras de Teatro y Danza de España, es miembro de la Federación Europea de Empresarios de Espectáculos, director de los teatros Bellas Artes y La Latina de Madrid, presidente de la productora y distribuidora teatral Pentación Espectáculos S.A., y es el director desde 2012 del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

Para comenzar, ¿de cuál de las obras que ha producido se siente más orgulloso?

Esto es como cuando le preguntas a un padre por su hijo. He producido 150 espectáculos y estoy muy orgullo de todas, hay muchas; decir una es muy complicado y difícil, pero sí puedo decir en relación con el Festival de Mérida que la obra ‘Yo Claudio’, que se produjo en 2004, me trajo muchas satisfacciones y el premio Max al mejor empresario teatral; es decir, se unen muchas cosas en ese espectáculo y yo creo que es una de las más relevantes.

Explíquenos cuál es la labor del productor. ¿En qué ha consistido su trabajo en Mérida y qué ha tenido que cambiar con su llegada?

El productor teatral es la persona que promueve los espectáculos. Hay diferentes facetas de un productor, desde el que financia el espectáculo hasta el que hace la producción ejecutiva, la persona que pone en pie un proyecto teatral. La labor que yo he hecho en el Festival de Mérida ha sido la de dirigir la parte artística y llevar la parte económica, es decir, combinar ambas facetas, que no es fácil. Después de estos tres años podemos decir que el modelo que llevamos a cabo ha funcionado. Ha funcionado por parte del público y por la parte económica, por así decirlo.

¿Cuál es la clave del éxito para conseguir que se tripliquen los espectadores del Festival de Teatro?

Una combinación de la recuperación de la esencia grecolatina y greco-romana del festival y presentar espectáculos para un abanico muy amplio de públicos. No hay que olvidarse de que estamos trabajando para el teatro más grande de España, el Teatro Romano de Mérida, y eso es una responsabilidad muy grande.

Por ejemplo, en esta última edición, la número 60, hemos tenido espectáculos muy variados, conjugando la afluencia de público de Extremadura y de fuera. Ha habido visitas para ver la ópera de Salome o el espectáculo de Sara Baras hasta de China, que se dice pronto. Uno de los éxitos de nuestra gestión ha sido la comunicación, hemos sabido combinar las nuevas tecnologías, las redes sociales, con la difusión tradicional a través de la radio, prensa y televisión, y esa combinación también ha dado un resultado en esta edición, en la que ha habido más de 5.000 noticias que se han generado del Festival, más de 300 apariciones en televisiones tanto regionales como nacionales, 130 telediarios de todas las cadenas, más de 2.000 noticias en prensa escrita, más de 1.000 noticias en radio y un valor, porque eso yo sí me preocupo de hacerlo, contratamos a una empresa encargada de medirnos el impacto mediático que tiene todo esto, y está valorado en más de 25 millones de euros.

Cuando se habla del coste excesivo de los Premios Ceres usted aporta estos datos de difusión y promoción de Extremadura y de Mérida. ¿Asegura que se ha hecho una inversión para conseguir un objetivo?

Los Premios Ceres no son una casualidad; entiendo que en la primera edición se dijera que tenían un coste excesivo, que en la segunda y en la tercera hemos conseguido rebajar. Los Ceres no solo son la gala, en los Premios Ceres han trabajado más de 200 personas directamente, e indirectamente muchísimas más; por ejemplo, hay 20 talleres de teatro con 20 compañías extremeñas e impartidos por más de 600 personas, es decir, se beneficia mucha gente. Yo me pregunto cuántas habitaciones de hotel se habrán reservado, o cuántos restaurantes el día 28 de agosto han tenido ‘overbooking’. El otro día me decía una tienda de ropa que se les habían acabado los trajes de noche por la ropa que se había vendido para ir a la gala de los Premios Ceres. Es decir, si hablamos de cómo inciden esos premios en la ciudad de Mérida y en Extremadura yo creo que el resultado es muy satisfactorio. Los han visto más de 500.000 personas por televisión y eso al final redunda en los espectadores que vienen en cada edición y turistas a Extremadura. Yo el Festival lo cogí con 50.000 espectadores y este año hemos tenido más de 123.000, no es casualidad.

Le llaman el Florentino Pérez de los actores, en los Ceres de este año el que no estaba en Mérida estaba un poco fuera de juego. ¿Usted también piensa que las estrellas venden camisetas?

El año pasado salió una página del Festival en la revista Lecturas, este año han sido seis a color. Todas las revistas del corazón y de sociedad han sacado menciones a la gala de los Premios Ceres y la televisión. Se repercute de una manera tan grande la imagen del festival y los premios que es impagable. Los que saben de esto, de medir el impacto mediático, se han quedado alucinados de cómo el Festival de Mérida ha tenido tanta repercusión. No paro de recibir felicitaciones por toda España por la proyección que ha tenido el Festival. Creo que eso es lo más importante.

¿Cree que Mérida podría llegar a compararse con otro tipo de festivales como San Sebastián o Cannes y llegar a tener ese poder mediático?

Lo ha conseguido. La apuesta que se hizo desde el Gobierno extremeño fue muy cuestionada y ahora, con la perspectiva del tiempo, creo que ha sido muy buena y ahí están los resultados. No se puede decir más, las cifras lo dicen todo.

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Se cuestiona que este Gobierno está gastando mucho en Cultura, con las altas cifras de paro que tiene Extremadura.

Este año han trabajado directamente 550 personas en el Festival. ¿A cuánta gente se ha contratado en los hoteles o en los restaurantes? Me decía el director del Parador Nacional que cuando vino la ópera de Salome contrataron a un intérprete de alemán porque vinieron muchos alemanes. Este Festival puede atraer a muchos turistas y crear puestos de trabajo de calidad.

Hablemos también de Jesús Cimarro; tiene en su poder numerosos premios, por ejemplo, un Max como mejor empresario del año; ¿qué significan los premios en su carrera?

Que te reconozcan siempre es bueno, aunque el ego lo tienen los artistas; los productores siempre estamos en la parte de atrás, en la bambalina, en la parte gris. El año pasado recogí el premio al productor que más autores españoles vivos había estrenado. No es habitual que se estrenen autores españoles.

Tiene una relación muy estrecha con Concha Velasco; ¿qué significa Concha para usted como autor y como amiga?

En realidad tengo una relación corta porque yo solo había trabajado con Concha cuando le programé en el Teatro la Latina un espectáculo del que yo no era el productor. En 2012 la traje a hacer Hélade y fue cuando ella me planteó hacer una tragedia en el Teatro Romano, lo cuenta siempre, lo dijo en los Premios Ceres; buscamos Hécuba y ahí están los resultados. La relación con Concha es muy buena, voy a estrenar un espectáculo con ella después de la enfermedad que ha tenido. Sobre todo lo que más agradezco es la vitalidad que, con casi 75 años, demuestra esta mujer después de lo que ha pasado en su vida; es un ejemplo a seguir.

Cuéntenos un secreto, ¿cómo se fraguó su relación con el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida?

Llevo trayendo espectáculos al Festival de Mérida desde 1989; en agosto de 2011 me llamó Monago, a través de una persona amiga, y me propuso hacerme cargo del Festival, y le dije que lo mejor era optar por distintas empresas y proyectos de gestión. Así fue, y salió elegida mi empresa con unas condicionantes bastante severas por parte de la Consejería de Cultura. Hay gente que olvida que el Festival de Mérida nunca más va a tener déficit, porque si hay déficit lo asume mi empresa; es decir, la Administración pone una cantidad y la otra cantidad, que es un millón de euros, si no sale de la taquilla la tiene que poner mi empresa, lo pone Jesús Cimarro. A partir del millón de euros de ingresos de taquilla el 85% de ese superávit que se obtenga es para el Patronato, para pagar la deuda. Más de 1,1 millones de euros he entregado en los tres últimos años para pagar la deuda, que ojalá tuviera yo ese dinero para programar más, ya que contrataría a más gente y haría más espectáculos, habría más actividad. Yo creo que hay mucha gente que se olvida de eso y hay que recordar que los extremeños desde hace tres años no pagan los déficits que se pudieran producir en el Festival de Mérida.

Está claro que no tiene miedo a que le etiqueten; ha trabajado con Monago en Extremadura, se ha reunido con el líder socialista Pedro Sánchez y le ha sacado la promesa de rebajar al 5% el IVA cultural si llega al Gobierno…

Soy una persona del mundo de la Cultura y trabajo para que la Cultura en nuestro país tenga el lugar que le corresponde, esté gobernando quien esté gobernando, sea una opción política u otra. El expresidente del Gobierno de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también me felicitó este año en una rueda de prensa por la gestión del Festival. Yo trabajo para el que me contrata, intento hacerlo de la mejor manera posible para que todo el mundo tenga acceso a la Cultura.

Se ha quejado usted de que las comunicaciones con Extremadura son mejorables; ¿hasta qué punto influye en el éxito del Festival?

Si tuviéramos un AVE que tardase una hora y 40 minutos, seguramente tendríamos por lo menos un 20% o un 30% más de espectadores, así de claro. De Madrid vendría mucha gente, es la Comunidad que más gente viene al Festival, así como de Andalucía. Por tanto estoy convencido que con AVE tendríamos al menos un 20% más de espectadores.

¿Qué otras personas, al margen de Concha Velasco, han sido importantes para usted como productor y empresario?

En el mundo del espectáculo hay muchos actores y actrices, pero si tengo que decir una sola persona importante, esa es, sin duda, José Antonio Monago, que ha hecho una apuesta clara por la Cultura, en contra incluso de su propio partido, y eso es digno de reflejar. Pocos políticos son capaces de dar la cara por la Cultura como lo ha hecho él y salir a la luz pública y posicionarse en contra de los postulados de su partido con el IVA cultural.

¿Qué habría que cambiar para que tuviera una continuidad en el tiempo este modelo que usted ha iniciado, es decir, representaciones de calidad, mucha presencia mediática y cuentas saneadas?

El abanico político de Extremadura ha visto que se puede hacer una buena gestión, que es la que da buenos resultados. Hay un antes y un después, creo que hay que profesionalizarlo. Esto lo tienen que hacer profesionales de la gestión y de la Cultura.

Esta revista tiene un contenido social, es una empresa que además impulsa con sus beneficios la labor social de una fundación; ¿qué le parecen este tipo de iniciativas? ¿Cómo lleva el teatro accesible?

La responsabilidad social corporativa la tengo hasta el tuétano. En mi teatro cambié todo el suelo para que las sillas de ruedas pudieran acceder a la primera planta y a la segunda a través del ascensor, un ascensor con medidas para que entre una silla con un acompañante que ayude a la persona con discapacidad. Esa accesibilidad la tengo clarísima en los espacios, como la he tenido clarísima en un teatro tan complicado como el Teatro Romano de Mérida y, de hecho, han trabajo personas con discapacidad tanto en el Teatro como en mi empresa. En breve presento un espectáculo con un actor con síndrome de Down, tengo muy claro que es una labor que ha de hacer la iniciativa pública y la privada, soy un absoluto defensor de esa causa.

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