José Miguel de la Montaña. El fotógrafo de la fauna salvaje. Grada 93. Perfil

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José Miguel de la Montaña es naturalista y fotógrafo profesional de fauna salvaje, ha trabajado en un centenar de países y es autor de libros de naturaleza, fauna y fotografía.

María González
Fotos: Carlos Criado

José Miguel de la Montaña es naturalista y fotógrafo profesional de fauna salvaje. Este cacereño es miembro, entre otras, de la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (Asecic), la Asociación Española de Fotógrafos Profesionales de Naturaleza (Aefona-PROF), la Federación Española de Profesionales de la Fotografía y la Imagen (Fepfi) o la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Sevilla (Afopse). Ha trabajado en un centenar de países y es autor de libros de naturaleza, fauna y fotografía, además de colaborar asiduamente en revistas y documentales sobre el mundo animal.

Su archivo fotográfico está constituido por unos dos millones de imágenes aproximadamente, y su trabajo se caracteriza por el empleo de técnicas rigurosas y normas éticas de respeto del mundo animal, su hábitat y su entorno.

Algunas de sus participaciones le han llevado a Tanzania o Madagascar, sus fotografías ilustran los billetes de la Lotería Nacional para la Real Casa de Moneda y Timbre de España en su serie de Fauna Ibérica y ha colaborado en el asesoramiento y protección del halcón peregrino.

Participó como ponente en el primer Congreso Andaluz de Fotografía y Video, celebrado en Málaga, compartiendo ponencias con profesionales de la talla de Joaquín Gutiérrez Acha (productor y realizador de documentales de naturaleza para National Geographic o la BBC) o Vicente Esteban (nominado al Goya de Fotografía en 2005).

Actualmente, entre otras actividades, está realizando un estudio de la fauna en Extremadura.

¿Cómo surge su interés por la fauna salvaje?
Desde muy pequeño la familia me enseñó a respetar la naturaleza fomentando un interés por todo lo concerniente a la misma. Miro con nostalgia esas colecciones de insectos y minerales que aún conservo, así como piezas dentarias de pequeños carnívoros de la provincia de Cáceres. También he pasado horas interminables observando los lagartos ocelados.

¿Y por la fotografía? ¿Cómo decidió que podía ser su medio de vida?
Con el paso el tiempo me atrajo cada vez más el poder fotografiar toda esa parte de la naturaleza tan compleja que me había interesado de pequeño. Era necesario tener suficientes conocimientos técnicos y científicos para poder hacerlo de forma correcta y adecuada. Esto me llevó a especializarme de tal manera que lo consideré una posible forma de vida, para lo cual estudié Cine y Fotografía en varios centros de formación en Madrid, Barcelona, Cuba, etc. Fue a posteriori cuando me dediqué en exclusiva a fotografiar y a documentar la fauna salvaje.

Siendo de Cáceres parecería más natural el interés por la fotografía monumental. ¿Cómo se fragua su especialización en la naturaleza y en concreto en la fauna salvaje?
Es posible, pero pronto marché de la ciudad de Cáceres a vivir en entornos más naturales y mi interés por la fotografía urbana pasó a un segundo plano.

¿Cómo se definiría como fotógrafo?
Técnicamente soy un fotógrafo que empleo técnicas rigurosas, métodos científicos y normas éticas, teniendo en cuenta el comportamiento animal y siendo muy respetuoso con los distintos ecosistemas en los que trabajo. Personalmente entiendo que la belleza de la imagen fotografiada no es la finalidad de mi trabajo, sino que a través de ella se pueda conocer el comportamiento de esas especies, subespecies o individuos. Soy selectivo a la hora de editar y publicar.

¿Qué formación, no solo en cuanto a técnicas fotográficas, se necesita para ser un buen fotógrafo de fauna salvaje?
Es condición ‘sine qua non’, y para esto sí es importante, tener conocimientos del comportamiento de las especies a fotografiar y, en definitiva, tener un conocimiento tanto teórico como comparado (Etología). Yo diría que en la fotografía de fauna alrededor del 30% se basa en los conocimientos técnicos, el equipo, la cámara, los sistemas y las herramientas, y el 60% al conocimiento del comportamiento de la especie, subespecie o individuo; el porcentaje restante sería producto de la casualidad. El conocimiento científico es fundamental para un buen trabajo y la fotografía de naturaleza y fauna salvaje es una disciplina que compagina el factor humano y el técnico.

¿Qué equipos fotográficos utiliza?
Los equipos utilizados son muy sofisticados, no obstante mi experiencia me ha demostrado que se pueden conseguir imágenes interesantes con equipos más básicos, todo dependerá del grado de dificultad que requiera el trabajo a realizar.

¿Qué métodos y técnicas específicas se usan para fotografiar la fauna salvaje y filmar ‘al acecho’?
Los métodos utilizados en esta disciplina dependen principalmente de las características biomorfológicas y del comportamiento de cada especie o grupo zoológico a fotografiar. Dicho esto, habría que utilizar indudablemente una técnica específica para fotografiar cada especie. Esto es lo teórico, en la práctica es inviable por razones económicas, aplicándose técnicas de fotografía y filmación más generales.

En lo que respecta al ‘hide’ o ‘al acecho’, tema importantísimo y de tremenda dificultad a pesar de lo que piensan la mayoría de los fotógrafos amateur, es la herramienta básica y principal de observación de la fotografía de fauna.

¿Se podría decir que su especialidad es ‘la gran desconocida’ de la fotografía? ¿Y la más compleja?
Paradójicamente sí es la más desconocida a pesar del tremendo auge que está suponiendo este tipo de fotografía en la población; curiosamente, cuanto mayor es el número de personas que se dedican a esto, mayor es el desconocimiento en esta práctica al dar por hecho errores sistemáticos heredados.

En cuanto a la complejidad, desde luego es de las fotografías más complejas, si no la que más, pues fotografiamos seres vivos a los que debemos aplicar las técnicas más inocuas, que obligatoriamente se deben conocer.

Desde su reconocido respeto por los animales y su hábitat; ¿hay ocasiones en las que los profesionales no cumplen el código ético del fotógrafo de naturaleza? ¿En qué consiste ese código de conducta?
Para ser fotógrafo de naturaleza, ya no bueno o malo, es fundamental conocer que se está trabajando con seres vivos protegidos por la Ley, ya que por encima de la captación de imágenes se encuentra el bienestar del animal. Se dan muchos casos en los que inconscientemente se causa un daño a veces irreparable; mucha gente puede acceder a equipos y materiales de fotografía, pero carecen de formación, y no estoy hablando precisamente de formación técnica (que en algunos casos además no la tienen), sino de formación sobre la especie, subespecie o individuo a fotografiar. Por ejemplo, se fotografía con flash a rapaces nocturnas, desconociendo que en muchos casos su visión quedará dañada por el destello del mismo.

Para regular estas pautas surgió en la Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza (Aefona) un código deontológico y ético de trabajo para la fotografía que no tiene carácter sancionador, con lo cual todo queda en la ética personal del fotógrafo. No obstante, es cierto que su incumplimiento puede ser sancionado por administraciones del Medio Ambiente.

¿Es su fotografía un fin en sí mismo o un medio para conocer lo que captura la cámara?
Yo interpreto la fotografía documental como una herramienta fundamental para conocer el comportamiento de las especies de animales. Ya desde antaño los oceanógrafos catalogaban a los distintos grupos de cetáceos mediantes sus aletas caudales y dorsales. Por eso siempre he defendido, incluso ha sido tema principal en alguna publicación mía, que la fotografía y el documental de fauna son una de las herramientas principales de la Etología (comportamiento animal).

Ha trabajado en un centenar de países; ¿qué hábitat o situación le ha impresionado especialmente?
En cuanto al hábitat, indudablemente el Continente Antártico, donde las temperaturas pueden descender casi 60 grados por debajo de cero y las sensaciones térmicas pueden bajar a 100 grados bajo cero. La situación más impresionante ha sido fotografiar babuinos en Tanzania, son animales tremendamente inteligentes.

Al hablar de fauna salvaje se tiende a pensar en lugares lejanos; ¿hay rincones en Extremadura atractivos para su profesión?
Sí, por supuesto, muchísimos. Es un entorno ideal para trabajar con especies típicas del bosque mediterráneo. Otra cuestión son las dificultades con las que se encuentra un fotógrafo profesional en este tipo de territorios, entendiendo las dificultades a lo referente a aspectos administrativos como permisos, documentación, etc.

¿Cuál es la situación del mercado audiovisual relacionado con la naturaleza y fauna salvaje?
Actualmente se está pasando por un periodo convulso. Por un lado todo el mundo tiene imágenes sin cuestionarse por qué las hace y para qué las hace, desconociendo que esas imágenes existen ya. Por otro lado, los grandes archivos fotográficos prácticamente tienen en su poder la mayoría de las imágenes posibles de fauna, con lo que existe una sobresaturación de imágenes en el mercado, ralentizándose por este motivo el mercado audiovisual.

¿Cómo han influido en su trabajo las nuevas tecnologías?
Graciosas palabrejas (nuevas tecnologías) empleadas en todo el mundo y sonando en cualquier sitio o en cualquier café de cualquier país, y paradójicamente hay equipos, formatos y materiales que ni son nuevos ni son tecnología. Como ejemplo, quien les habla en el año 1981 trabajaba con cámaras digitales, y en los años 70 el cine se veía en 3D, y a principio de los 80 España tenía internet, por eso es importante informar a las nuevas generaciones de estos datos y es necesario situar en tiempo estas ‘palabrejas’ o nuevas tecnologías. No son por tanto tan nuevas; en lo que sí se ha avanzado es en la mayor socialización de las mismas. Para mí estas técnicas digitales han sido una herramienta para poder desarrollar con más comodidad, que no mejor, mi flujo de trabajo.

Hoy en día parece que todos podemos ser fotógrafos con un móvil; ¿es más importante conocer la base de la fotografía o los programas de retoque fotográficos?
Taxativamente, los retoques fotográficos se han hecho desde los orígenes del laboratorio fotoquímico; es decir, los programas de retoque tampoco son nuevos. El fotógrafo siempre ha manipulado y ha controlado sus fotografías en laboratorio. No obstante, en mi trabajo procuro no retocar la mayoría de las imágenes que realizo y las mínimas retocadas se indican ‘a pie de foto’ con esa especificación.

¿Qué proyectos profesionales tiene en mente?
Tengo en proyecto fotografiar la fauna ártica y sus vicisitudes para adaptarse al nuevo cambio climático. El Ártico se derrite.

 

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