La Fundación ONCE de Atención a Personas con Sordoceguera celebra su décimo aniversario en Extremadura

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En la actualidad 12 ciudadanos extremeños con sordoceguera, dos en Badajoz y 10 en Cáceres, cuentan con el apoyo de cinco mediadoras de la FOAPS para mejorar su calidad de vida e inclusión social

Fernando Iglesias, José María Vergeles, Patricia Sanz, Cándido Gómez y Tamara Santos
Fernando Iglesias, José María Vergeles, Patricia Sanz, Cándido Gómez y Tamara Santos

La Fundación ONCE de Atención a Personas con Sordoceguera (FOAPS) celebra sus diez años de dedicación a la mejora de la calidad de vida de las personas con sordoceguera en España y, en este caso concreto, en Extremadura.

Una atención que, en la actualidad, beneficia a 12 ciudadanos extremeños (2 en Badajoz y 10 en Cáceres) con sordoceguera, gracias a la labor que realizan cinco mediadoras de la FOAPS en esta comunidad.

Con motivo de este décimo aniversario la FOAPS está llevando a cabo de la mano de la ONCE una serie de actos para celebrar la labor que desarrolla desde hace una década y dar a conocer a la sociedad la realidad de estas personas al grito de ‘Coge mi mano’.

El recorrido comenzó el pasado 10 de febrero y llega ahora a Extremadura, en un acto que ha contado con la participación del consejero de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura, José María Vergeles; la vicepresidenta de la ONCE, Patricia Sanz; el delegado territorial de la ONCE en Extremadura, Fernando Iglesias; y el presidente del Consejo Territorial, Francisco Javier Olivera, entre otras autoridades. Además, Cándido Gómez, persona con sordoceguera de Extremadura, ha contado en primera persona su experiencia en el día a día, de la mano de su mediadora, Tamara Santos.

A lo largo de sus 10 años de vida la FOAPS ha dedicado más de 6.000 horas de mediación en Extremadura, de las cuales 1.063 corresponden al año pasado. En datos generales, en toda España han sido 540.573 horas, de ellas 83.384 el pasado año.

El número de beneficiarios alcanza en la actualidad la cifra de 12 personas con sordoceguera en Extremadura; en un principio, en 2007, solo se atendía a una persona. Programas de comunicación en centros de día y taller ocupacional, así como programas de rehabilitación y tiflotecnología, son los programas que apoyan a las personas con sordoceguera de Extremadura, todas adultas y en su mayoría en zonas rurales. Para su atención, la FOAPS cuenta con la labor de tres mediadoras en Badajoz y otras dos en Cáceres, que dan cobertura a las necesidades de estas personas.

En estos diez años, la Fundación ONCE de Atención a Personas con Sordoceguera ha destinado 94.198 euros en recursos en Extremadura y ha contado con una aportación económica de 10.400 euros por parte de la administración pública extremeña.

FOAPS
La Fundación Once para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), es una fundación de carácter asistencial creada a instancias de la ONCE, constituida el 20 de julio del 2007. Tiene como fin promover el desarrollo de programas dirigidos a la atención de las necesidades específicas de las personas con sordoceguera, poniendo particular interés en los relacionados con la educación y el empleo, al objeto de procurar la integración socio-laboral y mejorar la calidad de vida de estas personas y favorecer su desarrollo humano e intelectual.

Ya antes de la puesta en marcha de FOAPS, la ONCE contaba con una Unidad Técnica de Atención a Sordoceguera, que se creó formalmente a finales de 2000 y entró en funcionamiento efectivo al principio de 2001. Aunque desde 1987 existía ya un programa específico para personas sordociegas, que, aprovechando la experiencia de atención que tenía la ONCE desde sus inicios, se formaliza en un Programa de Atención que tomó una estructura de funcionamiento en ‘aulas’, ligadas a los CRE de la ONCE, pues tenía una misión básica de atención educativa, pero contemplando ya desde esos inicios las necesidades de las personas sordociegas adultas. Su proceso de maduración (1987-2000) acabaría desembocando en la creación de la Unidad Técnica.

Entre las actividades de FOAPS destacan la mediación socio-educativa que se realiza con mediadores personales, para promover y apoyar la comunicación de la persona con sordoceguera con el objetivo de permitir que la persona con sordoceguera establezca y mantenga un dominio máximo sobre el entorno; y la información y divulgación, mediante diferentes actividades divulgativas (publicación de folletos, charlas, etc.) encaminadas a que se conozca más esta discapacidad, así como las necesidades que tienen las personas sordociegas.

La sordoceguera es una única discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), provocando problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer y por tanto interesarse y desenvolverse en el entorno.

La persona con sordoceguera tiene más restringidos los estímulos que si tuviera limitaciones en uno solo de los sentidos. Por eso es necesario poner en práctica otras metodologías, tanto en la educación de los niños como en la habilitación y rehabilitación de los jóvenes y los adultos, basadas en el aprovechamiento no sólo de los posibles restos de vista y oído, sino también de los demás sentidos, fundamentalmente el tacto.

‘Coge mi mano’
El lema elegido para esta campaña tiene que ver con las necesidades de comunicación de estas personas, que reciben principalmente la información a través de sus manos, mediante diferentes sistemas.

Algunas de estas personas, si tienen algún resto visual, se comunican con lengua de signos en el aire, que es apoyada al tacto, a las manos, cuando hay poco o ningún resto de vista. O bien se comunican mediante sistemas alfabéticos, más fáciles de aprender, como el dactilológico o la escritura en mayúsculas sobre la palma de la mano. En algunos casos, incluso, algunos se comunican a través de las tablillas de comunicación cuando el interlocutor no conoce su sistema.

Por otro lado, la tecnología ha avanzado mucho y cada vez son más las personas con sordoceguera que utilizan para comunicarse ordenadores y móviles, siempre que estos sean accesibles. Leen los textos a través de una línea braille o sistemas lectores de amplificación de voz.

No obstante, en la mayor parte de las ocasiones es preciso recurrir a su sistema de comunicación manual. Para que esto suceda con la naturalidad apropiada, es preciso dejar de lado los prejuicios y coger la mano de la persona con la que queremos comunicarnos, o dejar que sea la persona con sordoceguera quien coloque las suyas sobre las nuestras para iniciar ese acto tan simple, pero tan importante, que es la conversación.

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