La vida comienza a partir de los cincuenta

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Julia Cortés Palma
La vida es un juego sin reglas, una baraja de cartas en la que puedes ser sota o reina. No hay nada seguro tan solo la muerte nos espera más o menos cerca. Al principio vivimos como si el tiempo fuera eterno, las personas de más de cincuenta nos parecen viejos. Comemos bombones sin ganas, da igual porque quedan muchos en la caja.
Buscamos excusas externas para justificar nuestras frustraciones, pedimos explicaciones a familia, parejas, amigos cuando no responden a nuestras expectativas.
– Esta no vale, es de prueba- parecemos pensar cuando algo nos sale mal como cuando jugábamos a un juego nuevo.
– Me enfafo y no respiro- nos gustaría espetar como cuando teníamos rabietas de niños pequeños y nos metíamos en  nuestro caparazón hasta que se nos pasaba o alguien nos sacaba de la oscuridad del enfado con el sol de un abrazo.
Creemos que la vida viene con garantía de satisfacción como en el Corte Inglés;  tratamos, muchas veces, de que nos quieran por lástima, contamos nuestras penas y anhelos esperando encontrar quien nos acaricie el pelo y preste su hombro para hacer el  viaje más llevadero.
Nos empeñamos en que la gente sea como queremos, nos enfadamos mucho cuando no es así tirando por la borda bidones de tiempo. Vemos la vida a través de un agujero que no nos permite ver más allá de lo que somos y conocemos.
Y seguimos viajando en un tren que se para y averia como los trenes extremeños.
Y un día te subes sabiendo que viajar es una aventura, que no tienes que cambiar a nadie ni nadie tiene la obligación de resolver tus dudas, que la vida necesita de tu fuerza, seguridad y sonrisa. Que cada uno da lo que puede y no siempre será lo que necesitas.
Que tienes más de cincuenta y no andas por el suelo, que ya no eres un capullo que ve la vida por un  agujero; que ya sabes jugar e iniciaste el vuelo.
Julia Cortés Palma