Julio Esteban Ortega
La onomástica antigua es muy complicada en lo que a etimología de los nombres se refiere. Los investigadores manifiestan serias dudas sobre la formación y el significado de la mayor parte de estos. Uno de estos nombres es Arco, que algunos estudiosos lo ponen en relación con un animal muy abundante en la boscosa Hispania, el oso (en latín ‘ursus’).
Como suele ser habitual, conocemos este antropónimo a partir de las inscripciones que nos han llegado de época romana, aunque esta denominación ya era común entre los pueblos indígenas que habitaban estas regiones occidentales mucho antes de la llegada de las legiones a nuestras costas. Los testimonios epigráficos de este nombre son muy numerosos y se concentran casi exclusivamente en la antigua provincia romana de Lusitania, en las zonas habitadas por lusitanos y vettones, con algunas extensiones que sobrepasan el Duero hacia la provincia de Zamora. El núcleo más denso lo encontramos en las provincias españolas de Cáceres y Salamanca y los distritos portugueses de Castelo Branco y Guarda, aunque también se extiende hasta Coímbra, Lisboa y Setúbal. La provincia de Cáceres es especialmente generosa en inscripciones con este nombre, y las áreas de concentración se encuentran en las zonas de influencia de las viejas ciudades de ‘Turgalium’ (Trujillo), con testimonios en Ibahernando, Puerto de Santa Cruz y varios en Villamesías; y ‘Augustobriga’ (Talavera la Vieja), donde se detecta en Villar del Pedroso, Jarandilla de la Vera o Torremenga. No faltan testimonios en otras localidades cacereñas como Arroyo de la Luz, Plasencia o Nuñomoral.
Un caso muy significativo en relación con el antropónimo Arco se documenta en una placa de bronce hallada en el poblado del Castillejo de la Orden (Alcántara-Cáceres), en la que el pueblo de los ‘Seanocos’, allí asentado, se rinde a Lucio Cesio, a la sazón gobernador de la provincia. El bronce data del 104 a.C., en el consulado de Cayo Mario y Cayo Flavio, y en el documento los legados que actúan en representación del pueblo sometido llevan los nombres de Creno y Arco, hijos de Cantono.
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