Hornachos volvió a recrear el conflicto vivido con anterioridad a la expulsión de los moriscos con un recorrido por sus monumentos moriscos, actividades musicales y teatro.
El protagonismo de la jornada fue para los lugares emblemáticos de la localidad, las calles y plazas de un pueblo cuyas piedras y muros guardan en silencio esos momentos y crean un entorno con los mejores escenarios posibles, que acogieron las diferentes representaciones.
La primera escena se desarrolló en el Pilar de Palomas, donde se narró la historia de Azim y Amet, hortelanos moriscos que se encuentran al final de la jornada de trabajo en el pilar; mantienen una conversación algo acalorada puesto que uno acepta con resignación los cambios a los que están siendo sometidos con tal de seguir viviendo, pero el otro se rebela y denuncia su falta de libertad a falta de cinco años para la expulsión.
La segunda escena transcurre en el Pósito. El capitán Alonso Contreras llega a Hornachos dos años antes de la expulsión, y en uno de sus registros por las casas de la villa descubre escondidas en un sótano un puñado de armas propiedad de los morisco que allí habitan, quienes son castigados mientras defienden su derecho a tener armas.
La tercera escena se desarrolla en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción. Numerosos moriscos salen de misa enrabietados por tener que asistir obligados. Detrás aparecen el capellán, el alguacil y Diego, un converso que ha abrazado la nueva fe con convencimiento. Durante el dialogo que los tres mantienen hay un repaso por aspectos importantes del conflicto que Hornachos vivía en ese momento, morquíes, la Santa Inquisición, las huertas moriscas, comer cerdo, los alcoranes, etc.
La cuarta escena está ambientada en el Pilar de los cuatro caños. Es el momento de la expulsión, el drama de la separación de padres e hijos, la incertidumbre, y la lectura del bando de expulsión.
Por último, la quinta escena ocurre en la plaza de San Francisco. Ya han pasado cinco años desde la expulsión de los moriscos y dos frailes franciscanos charlan en la puerta del convento. Durante esta escena se recitó el fragmento de la segunda parte del Quijote en el que Cervantes hace alusión a la expulsión de los moriscos.
Juan Francisco Llano
