Inmaculada González
El pintor y escultor norteamericano Frank Stella nace en el período de entreguerras y se forma en el ambiente abstracto surgido tras la Segunda Guerra Mundial. Pertenece a esa generación que niega la ilusión espacial revindicando las dos dimensiones del lienzo. En los años 70 y 80 abandonará la rigidez de sus inicios para decantarse hacia la creación de barrocas pinturas tridimensionales, lo que fue un primer paso para sus incursiones en la escultura.
Se le reconoce como el precursor de la pintura abstracta sin ilusiones pictóricas, sin referencias psicológicas o metafísicas. Stella conduce la vanguardia americana hacia el minimalismo centrándose en la relación color-forma. Pretendía crear una sensación de orden, de construir una estructura a partir de la cual sintiera que era factible trabajar. Pero a Stella le gustaba el caos.
En su adolescencia, Stella leyó por primera vez ‘Moby Dick’, de Herman Melville, y décadas más tarde vio la película homónima de John Huston. Atraído por la novela, Stella dedicó más de una década a la creación de una serie de trabajos basados en este clásico literario: una o dos obras por cada uno de los 135 capítulos que contiene el texto. Obras de metal en relieve, esculturas, pinturas, grabados y murales. Sus series ‘Moby Dick’ le obsesionaron. ‘Moby Dick’ le permitió introducir diferentes ideas y diferentes maneras de pensar en las cosas. Tenía un final muy abierto y, al mismo tiempo, le daba una estructura o un guión con el que trabajar. En ‘Moby Dick’ juega con la forma del lienzo, ensortija formas intestinas, orgánicas, retorcidas y anárquicas, pero que responden a una estructura muy estudiada para entrecruzar curvas y líneas. En esta obra hay algo incómodo, incita a recorrer las grandes masas y a meterse en la urdimbre de sus obras, llevándonos al análisis y la reflexión.
El barroquismo de sus últimos años se debe a un cambio. Durante un tiempo fue minimalismo y luego maximalismo, estudiando así los conceptos de la percepción, la tridimensionalidad, la dinámica compositiva y visual.
Una de las frases más famosas de Frank Stella para definir su arte es: “Mi pintura se basa en el hecho de que solo lo que se puede ver allí está allí… lo que ves es lo que ves”.
Como dijo un crítico de arte, “tal vez en Stella lo más importante no sea su larga carrera sino la intensidad de sus trabajos y la habilidad para reinventarse como artista, una y otra vez, durante seis décadas”.
A los 82 años, el artista lo ha hecho todo y no le preocupa mucho lo que piensen los demás. Hoy por hoy la mayor satisfacción para Stella es ver su obra exhibida en los museos del mundo, sintiendo que sus trabajos hacen su propio camino hacia la inmortalidad.
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