A ti que custodias cada noche el frío acerado arropado tan sólo por un manto de estrellas.
A ti que que lavas tu cara con el rocío de la mañana mientras esperas con ansiedad la hora de tu desayuno.
A ti que charlas con tu sombra en la pared de tu hogar sin techo y esperas pacientemente una palabra de cariño o tal vez un «buenos días».
A ti que sientes vergüenza al encontrar la mirada de quien conoció tu pasada vida y escuchas al caer el sol los pasos del miedo que acecha cada noche tu inseguro futuro.
Contigo me gusta sentarme cada tarde a compartir un café callejero mientras intercambiamos sonrisas y lágrimas.
Contigo imagino construir un pellizquito de hogar para que seas feliz.
Contigo quiero ver entrar la primavera y que sientas que no estás sólo, quiero que cada mañana empiece una nueva oportunida para tí.
No quiero mirar tu miseria, sino enfrentarme a ella y conocer la persona que se esconde detrás.
Son nuestros vecinos, conviven con nosotros, conocen nuestras rutinas y se alegran al verte pasar. Tuvieron una vida mejor y por circunstancias que no debemos juzgar sus futuros se truncaron y sólo esperan una esperanza a la luz de la misma farola que ves tú desde tu balcón.
Hace unos días un «amigo callejero» me dejó sin palabras al regalarme una rosa; puede parecer algo simple pero es la rosa más hermosa que jamás me han regalado. Él suele sentarse a unos 20 metros de mi puesto de trabajo pero esa tarde me estaba esperando con la rosa en la puerta…
Es increíble como gente sin nada puede dártelo todo y como gente con todo no son capaces de dar nada.
Gracias a a todos ellos he aprendido a valorar lo que de verdad importa, SER FELIZ Y AYUDAR A SERLO.
Por ello y después de mucho tiempo preparando este reportaje , Cristina Ferrera y yo queremos rendir un homenaje a todas aquellas personas que se encuentran en situación de extrema pobreza .
Comienzo un nuevo proyecto en colaboración con grandes personas para ayudar a nuestros vecinos callejeros .
Estad atentos que pronto sabréis cómo podéis formar parte de él .
Gracias a mi gran amiga y profesional Cristina Ferrera por su capacidad de captar sentimientos con esa sensibilidad .
Gracias a Lidia Trevejo de Peluquería 12 horas en Boga por ser tan solidaria y ser la primera en ofrecer tu profesionalidad y tiempo en ayudar a las personas que lo necesiten en este proyecto.
Gracias a todos los que aún creéis que el mundo puede cambiar de rumbo si todos comenzamos a remar hacia el mismo lado.
Gracias a las verdaderas historias de calle que por respeto no mostramos pero que tanto a Cristina cómo a mí nos han abierto su enorme corazón.
La invisible barrera que delimita el lado en el que estás es tan caprichosa, que quizás seas tú quien mire mañana a través del cristal
Nurya Ruíz- Tacones de Dálmata