En ocasiones nos da miedo demostrar nuestros sentimientos por vergüenza, rechazo de los demás o por inseguridades, que aunque no son reales creemos que lo son, causándonos malestar y que nos hacen callar lo que queremos decir.
Esto, a la larga, nos hace sentir nostalgia, tristeza, enfado e incluso frustración con nosotros, por no decir sinceramente lo que queremos transmitir.
Cuando no estés seguro de lo que vas a decir te aconsejo que lo pienses bien, y dilo desde la tranquilidad. Si te da reparo hacerlo en persona, escribe una carta a la otra persona para que sepa cuáles son tus sentimientos y cómo te sientes. Esto te ayudará a ser lo más sincero posible con la otra persona y, lo más importante, contigo mismo.
Cuando estés ante un grupo de personas debes también decir lo que piensas, aunque sea con miedo. Debes saber que puedes recibir las críticas de los demás, pero debes hacerlo para demostrarte que tienes opinión, igual que el resto; y que no siempre se tiene que estar de acuerdo con los demás. Hazlo, aunque sea con miedo, pero con coraje, que te impulsará a hacerlo y a que te reafirmes en lo que piensas; debes hacerlo con mucha educación y desde la tranquilidad, mostrando a los demás tus opiniones, emociones, sentimientos, para darle validez a tu argumento.
Cuando tengas que transmitir una noticia a una persona explícasela acorde a su edad y con mucho tacto si es una noticia delicada. Es muy importante elegir el momento y sobre todo cómo decir las cosas.
Te animo a ser fiel a ti, a tus ideas, a tus principios, siempre respetando a los demás para que los demás también te respeten a ti. No tengas miedo a nada ni a nadie, y di lo que piensas siempre.
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