Normalizados. Grada 134. Energía positiva

Léelo en solo 3 minutos !!

Álvaro Roa

Todos nacemos únicos, especiales, ojos maravillados ante la realidad, arrancamos sonrisas a nuestro alrededor, despertamos bondad en los demás, y lo mejor de todo esto es que lo logramos sin hacer nada de provecho, ni siquiera ser considerados como útiles a la sociedad, y, la verdad sea dicha, puede que sea nuestro momento cumbre, pues es posible que nunca aportes tanto a los demás y que, además, te lo reconozcan.

Comenzamos a crecer y se inicia el modelado bienintencionado por parte de padres, abuelos y otros familiares. Todos simulan saber qué es lo mejor para ti, cuando la gran mayoría apenas sabemos qué es lo mejor para nosotros; pero siempre es más fácil decir a los demás lo que deben hacer que hacerlo nosotros.

La escuela, también con bienintencionados profesores, y los medios de comunicación (aquí ya dudo algo más de la intención) se encargan del resto del modelaje. Empezamos a darnos cuenta de que, quizás, si nos mostramos como somos, seremos rechazados; que si no realizamos gestas extraordinarias no seremos aplaudidos; y que, si además se te ocurre tratar de mantener tu esencia diferenciándote de los demás, serás desahuciado de manera inapelable.

Construir un ser humano va mucho más allá de la concepción y por supuesto muchísimo más allá de darle cobijo, alimento y educación. Y tenemos todos un compromiso pendiente con nosotros mismos y nuestros semejantes, pues hasta los padres nos encontramos muchas veces realizando estupideces aceptadas socialmente, a sabiendas de que no son beneficiosas para nuestros hijos, pero mejor seguir en el rebaño que dar la nota discordante.

En esos momentos también estamos enseñando aunque no hablemos, estamos apoyando la idea de una sociedad normalizada, sin diversidad y que acata el poder de un estado o mercado sobre la individualidad del ser humano.

Finalmente, todos acabamos normalizados, viviendo en una sociedad sin personas discordantes y que simulan ser felices, en un mundo neurótico y anestesiado con narcóticos, programas de televisión, ‘influencers’, políticos y gurús que prometen llevarte a la tierra prometida.

Y no es malo ni bueno que te lo prometan, pero habría que plantearse seriamente que creamos que otro ser humano, como tú, pueda indicarte cuál es tu camino, cuando todos sabemos que tu sendero no hay nadie que lo conozca mejor que tú; de hecho, lo sabes desde que naciste, desde esos días donde despertabas lo mejor en aquel que se acercaba a ti.

Me planteo muchas veces por qué jugamos a la normalidad, cuando nada en la naturaleza es normal. Lo bonito de un bosque o una selva es ver el mismo árbol de distintas formas. Unos son más altos, otros más gruesos, otros crecen torcidos y otros rectos, los hay que crecen muy cerca de otros y los que lo hacen en solitario, pero es esa diversidad la que crea esta espectacular maravilla.

La humanidad es igual, pero vivimos en la ignorancia de creer que podemos organizar y desarrollar a nuestra manera el bosque que formamos todos. Siete mil millones de personas tienen una forma ideal de vivir y tratan de organizar al resto. Nos encontramos con el mismo número de personas en lucha permanente, sufriendo, sintiendo ansiedad e incomprensión al ver que los demás no ven las cosas “como ellos saben que es mejor”.

Pero ni tú ni yo sabemos nada, y bastaría con que nos ocupásemos solamente de dar lo mejor de nosotros mismos, de dar a los demás libertad para expresar quiénes son y dejar que hagan su vida, sin tratar de normalizarles y encorsetarles en ideas globales y absurdas.

¿quieres saber más?

Summary
Normalizados. Grada 134. Energía positiva
Article Name
Normalizados. Grada 134. Energía positiva
Description
Todos nacemos únicos, especiales, ojos maravillados ante la realidad, arrancamos sonrisas a nuestro alrededor, despertamos bondad en los demás, y lo mejor de todo esto es que lo logramos sin hacer nada de provecho, ni siquiera ser considerados como útiles a la sociedad
Author