El centro ha sido un lugar de encuentro, convivencia y apuesta por la igualdad y el patrimonio natural con la visita de 27 personas sordas, sordociegas y voluntarios de la Asociación de personas sordas de Cáceres.
Un colectivo que ha conocido de un modo directo y próximo las instalaciones y la labor que se desempeña en este centro de la Junta de Extremadura que desarrolla un papel fundamental en la educación ambiental y en la protección del patrimonio natural.
Acompañados y guiados de manera profesional y acogedora por la monitora ambiental del Centro de Recuperación y con el apoyo de la interprete de lengua de signos de la Asociación y de mediadoras comunicativas voluntarias del ciclo formativo de Mediación comunicativa del instituto Santa Eulalia de Mérida, han conocido por qué y cómo llegaron allí aves como águilas imperiales, y reales, búhos, milanos, buitres negros, leonados y cigüeñas negras. También por qué se encontraban allí linces, nutrias o ginetas o cuál es el valioso papel del centro de cría del cernícalo primilla.
Escuchar las explicaciones para los oyentes y en lengua de signos, poderlas seguir en las manos y rasgos faciales, apreciar la labor de conservación y educación ambiental que se desarrolla en este Centro ha sido un autentico ejercicio de apuesta por la igualdad, la tolerancia y la atención a la diversidad funcional.
El presidente de la Asociación de personas sordas de Cáceres, Ángel Soria, ha querido destacar «el esfuerzo y solidaridad de los extremeños con la fauna como parte del patrimonio natural de quienes ahora viven en Extremadura y los que en el futuro sigan compartiendo esta tierra». Los asistentes han mostrado su satisfacción por la experiencia, por la labor que desempeña el centro y por el carácter educativo y próximo del lugar y de quienes lo gestionan, cuidan y muestran.
El Centro de Recuperación ‘Los Hornos de Sierra de Fuentes’, en funcionamiento desde 1999, desempeña una labor fundamental en la recuperación de fauna que es recogida herida (golpes contra tendidos o cercas, atropellos, caza, envenenamientos, etc.) y que, tras su cura, es devuelta al medio natural en Extremadura o, en ocasiones, a otras partes del territorio nacional o europeo. Es un lugar de hospitalización, investigación y también de cría de especies en peligro de extinción (cernícalo primilla, avutarda…). Junto al mismo se encuentra el Banco Genético de Biodiversidad de Extremadura y un jardín/arboretum en el que se reproducen los ecosistemas y plantas características de Extremadura.
