José María Sotomayor
En la feria del año 1977, la segunda corrida, la del día 15 de mayo, festividad del santo, se anunció como ‘Homenaje pro-monumento a Antonio ‘Bienvenida’’. En el cartel, toros de El Campillo y Andrés Vázquez como único espada. ‘Bienvenida’ había toreado mucho en Madrid con este y el zamorano quiso de esta forma rendir su particular homenaje al torero desaparecido.
La tarde fue algo lluviosa pero la plaza registró una buena entrada. Andrés Vázquez fue saludado con una gran ovación al iniciar el paseíllo. El tercer toro lo brindó a la viuda de Antonio ‘Bienvenida’. La corrida de El Campillo, bien presentada, no tuvo fuerza. Se sustituyó el quinto por uno de la ganadería de Pablo y José Luis Martín Berrocal y el sexto por otro sobrero, esta vez del hierro del Conde de Ruiseñada.
Con el primero de la tarde del homenaje, Andrés Vázquez realizó una faena de dominio, con muchos detalles de buen toreo, en un trasteo sereno y eficaz, como solían ser los suyos. Tuvo la recompensa de cortar una primera oreja. De la faena al segundo hay que destacar la series con la mano derecha, embarcando bien la embestida del animal, tirando de él, templando, rematando bien cada uno de los muletazos y concibiendo el trasteo como un todo. Fue de menos a más y volvió a arrancar otra oreja. En el tercero mostró el torero de Villalpando ese concepto clásico del toreo que atesoraba. La madurez se hizo evidente desde que cogió la muleta. Dominio, belleza, ortodoxia, entrega, valor en todos y cada uno de los muletazos. Lástima que, como en los dos primeros, no matara por arriba. Otra oreja fue al esportón, pero de haber manejado mejor el estoque en estos tres primeros toros el éxito hubiera sido clamoroso, ya que las tres faenas fueron precedidas de un toreo de capote sobrio y bello.
Cambió mucho la segunda parte de la corrida. Casi siempre que hay devoluciones sucede. Torero y público se enfriaron y aunque hemos visto sobreros mejores que los toros titulares no suele ser lo habitual. En el quinto incluso tuvo que escuchar alguna protesta. Pero no podía terminar mal una tarde que había comenzado con esa estruendosa ovación de recuerdo a Antonio ‘Bienvenida’ y de reconocimiento al torero zamorano que reaparecía después de su retirada de 1974. Con el último de la tarde, aunque el trasteo no alcanzó los niveles de los primeros toros, sí tuvo el suficiente tono como para olvidar los lidiados en cuarto y quinto lugar. Al doblar, nos pusimos en pie y dedicamos a Andrés Vázquez una ovación en la que todos tuvimos presentes al torero de General Mola. Cuando se lo llevaban en hombros algunos creímos ver la imagen de Don Antonio calle Alcalá arriba. Incluso recordé aquellas tardes que, en hombros, le subieron hasta la casa de los ‘Bienvenida’. En el exterior de la plaza, en un monumento, obra del escultor Luis Sanguino, ha quedado este recuerdo permanente.
La casualidad hizo que, 30 años antes, Antonio ‘Bienvenida’ se encerrara por primera vez con seis toros en Las Ventas. Fue el 21 de septiembre de 1947. Lo hizo en cinco ocasiones más. Escribiré sobre el conjunto de ellas en otra colaboración, puesto que nadie a superado esta cifra.
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