La muerte es un estado al que evidentemente nadie quiere llegar, pero lo que realmente aterra al ser humano no es la muerte en sí, es el olvido; uno solo muere de verdad cuando no lo recuerdan, ya nos lo decía la recién y afamada película ‘Coco’: “la muerte no es el final, ni tan siquiera un fracaso, sólo mata el olvido…”. Es por eso por lo que desde tiempos inmemoriales el ser humano ha intentado evitar el desvanecimiento final del recuerdo.
http://eterni.me es un servicio que pretende asegurarse de que los recuerdos de una persona se conserven por siempre vía online después de su muerte; para ello recopila datos en vida, previa autorización de sus cuentas de redes sociales, correos electrónicos, geolocalización, preferencias, etc., y con toda esa información se crea un avatar, que será un legado interactivo con el que incluso podrán interactuar sus descendientes.
https://nectome.com una empresa emergente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ofrece un servicio que consiste en la conservación del cerebro y su contenido, es decir los recuerdos y la propia conciencia en sí. El proceso de conservación que ofrecen recibe el nombre de ‘criopreservación’, estabilizada con aldehído, o ‘vitrificación’, y se trata de un embalsamamiento de alta tecnología que permitiría mapear todas las neuronas del cerebro y sus conexiones y almacenarlo digitalmente en la nube. Algunos investigadores del MIT ya se han ofrecido, previo pago, para que sus recuerdos se almacenen de forma indefinida cuando mueran y puedan ser recuperados y recreados en un futuro.
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