Rades
No fue en Badajoz ni en Plasencia o en Cáceres o en Mérida, ni siquiera en Almendralejo. No tuvimos que atravesar la Raia para llegar a Évora y descubrir la joya de Cantarrana. Fue en Campanario. Allí nació Javier Escudero. Luego se nos transmutó en máquina y se nos hizo Scud Hero.
Y es que, en Campanario, en la Pascua de 2015, vio la luz ‘It´s pain’, el disco flamenco de Scud Hero. Flamenco, a su modo, claro. Porque Scud Hero es nuestro robot de cabecera.
Es que ‘It´s pain’ no se podría entender sin Campanario, y sin los niños que juegan en el Altozano, y sin la tradición flamenca que acampa en La Serena.
En ‘It´s pain’ no hay lugar para cobardes.
‘It´s pain’ es un tremendo y soberbio monumento sonoro. Como dice el autor, en este disco el flamenco es engullido por la maquinaria digital y las programaciones.
Pero con la llegada de 2018 vuelven a su ecosistema creativo la maquinaria digital… el Rock.
En ‘Hard & Weightless’ (‘Duro e Ingrávido’) Scud Hero combina electrónica y rock con una apuesta por la escena original e irreverente. Y por eso es diferente.
Y en esa escena abundan las máquinas y las guitarras eléctricas que te aceleran el corazón recordando los días de la ‘Spanish Revolution’ y del 15M, o del ‘Doctor Disco’ y su ironía al por mayor.
En algún momento de este disco, Scud Hero, quien interpreta todos los instrumentos, cuenta con la guitarra de Andrés Duende, de El Dorado, o con las voces de Zíclope o Javier Alcón Falconetti.
Sin olvidarnos de la delicada y oscura ‘Passion of love’, en el que aparecen las voces trip hop de Marta López y Yolanda Eyama.
Por detrás nos quedan los ecos setenteros y hard rock de ‘My truck home’, ‘My life’ o ‘Signos de violencia’, con los que a veces evocamos trazos del Glam Rock revisitados bajo el prisma de su escafandra marca de la casa, el espíritu futurista de ‘What happenedd, Javi?’, o la impecable y deslumbrante versión de Hendrix, ‘Purple haze’, que nos abre las puertas a la música de los grandes escenarios de los 70, con los que a buen seguro el artista extremeño disfruta y se regocija.
Porque, no en vano, el propio compositor nos viene a decir “yo vengo del Rock and Roll, y lo que hago mejor es esto”.
En este disco, aunque lo intentes, no hay tiempo, ni siquiera tres minutos, para odiar a Scud Hero.
Quince temas para darte una buena sobredosis de rock y máquinas que terminan, después de haberte desatado el corazón, con una vuelta al paisaje materno del artista, al sonido etéreo de los cencerros y las ovejas y la paz en modo radioactivo.
Ya lo dijimos hace años. Scud Hero es la joya de Cantarrana. Y todos sus discos te reconcilian con el arte de las máquinas.
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