Mamen Vázquez
Un año más he podido asistir a la última tanda de test de Fórmula 1 celebrada en Montmeló, como siempre por cortesía y bajo acuerdo publicitario con Ciutat-Hotels. Con este evento se daba por cerrada la pretemporada 2018 de Fórmula 1, en la que los equipos trabajan en la configuración de sus máquinas según la nueva normativa para, con ello, ponerlos a punto para dar comienzo la temporada de grandes premios.
Un año más, tuve el privilegio de vivirlo adentrándome en las entrañas de la Fórmula 1 y pude pasear por el ‘paddock’ para ver todo lo que se cuece tras el telón de este maravilloso mundillo. Una experiencia única y totalmente recomendable para todo buen amante del deporte rey del motor.
A menos que te des un paseo por el ‘paddock’, por el ‘pit lane’, por los ‘hospitality’ o por los propios ‘boxes’, no te haces una idea de la precisión y exactitud de este deporte, de la entrega de los integrantes de todos y cada uno de los que la conforman los equipos y de que hay mucho más de lo que se ve por televisión.
Detrás de un piloto hay toda una logística impresionante. Cada uno sabe muy bien su cometido y tiene que estar muy bien preparado para cumplirlo, porque ahí solo están los mejores y se admiten pocos fallos. Sirva de ejemplo cuando ves a un mecánico quitando las virutas de goma pegadas en el neumático o lavándolo; da igual que haga frío o calor, ese neumático tiene que estar listo para la próxima sesión.
Además, es todo un privilegio poder encontrarte nada más y nada menos que con Fernando Alonso, o con Carlos Sainz, y así una larga lista de pilotos que, tras la fachada de hombres duros, son personas simpáticas, amables, gente auténtica y divertida. Como siempre hay algunas excepciones, pero no las vamos a desvelar porque me quedo con lo mejor, que son la mayoría.
Cada año vuelvo con una ilusión distinta porque voy conociendo a la gente de allí, a pilotos, periodistas, personal del circuito. Voy haciendo amigos y me doy cuenta de que soy una pequeña parte de ese mundillo que me enamora cada día más. Cuando todo se acaba me entristece dejar de escuchar los motores, pero también dejar de ver a esas personas que se esfuerzan para que no me falte nada. Por ello, aprovechando este artículo, quiero dar las gracias a dos de las personas que más se esforzaron en hacerme sentir como en mi propia casa; a la piloto y responsable del Pis Box de Ciutat-Hotels; y, cómo no, a Isabel Juárez, manager de venta internacionales del propio circuito.
¿quieres saber más?
