Sin capa, pero con delantal

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SIN CAPA, PERO CON DELANTAL
Alguien quiso ofenderme en facebook porque escribí que quería cambiar el mundo para proteger a mis hijos.
– Los héroes solo están en las películas- argumentó.
Puedo soportar y soporto muchas diferencias de opiniones:  política, religión, educación,…Pero lo que no aguanto es la gente que disfruta asesinando sueños.
Personas que están tan acostumbradas a ver las cosas en tonos negros que no toleran que tú no las veas como ellos.
– Con esa actitud solo se consiguen excelentes niveles de mediocridad- le dije.
– Y con la tuya que no vayan a las presentaciones de tus libros. Esto te pasa por buscar bombo y platillos- concluyó dándome un golpe bajo.
– No busco bombo ni platillos- respondí- pero guarda este mensaje porque lo voy a conseguir.
‘Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía sino justicia’.
Efectivamente, los héroes solo están en las películas. Y yo por supuesto no soy ninguna heroína porque llevo la capa delante y no detrás.
Recuerdo las cuentas que me hacía cuando mi primer hijo estaba en mi barriga. En el año dos mil tendrá dieciséis años.
Y nació, y llegaron las malas noches con los madrugones al día siguiente para coger el coche e ir al trabajo, las vueltas a casa por la tarde para disfrutar de él, ponerme el delantal, esperar a que se durmiera para corregir ejercicios y exámenes. Estudiar para no quedarme desfasada, leer para cargar las pilas,… Y después el segundo, tercero y cuarto; estos dos últimos en un año. Y de pronto me encontré sola en este escenario.
– No, no soy heroína, ni busco bombo y platillos. Solo quiero despertar de esta pesadilla y despertar a los que no quieren despertarse. Hay muchos héroes que no saben que lo son y necesitan que alguien se lo diga. Efecto Pigmalión, lo contrario de lo que hizo el facebookero conmigo el otro día.
Las leyes cambian, los políticos son destituidos por personas que luchan por la utopía porque aunque no la consigan se acercan un poquito a ella cada día.
Siempre digo en clase que SÍ se puede y mis hijos me han escuchado siempre la misma consigna: Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Busca lo que consideres que necesitas del mundo y no esperes a que te den permiso.