Con la presentación de los tres últimos títulos este próximo 17 de abril, se cierra la colección de poesía extremeña Luna de Poniente. La colección consta de veintisiete autores, veintisiete letras, en definitiva veintisiete amigos y amigas y un fotógrafo que ha sabido plasmar el gesto de cada uno de ellos.
El primero de los títulos que se presentarán será ‘Sesión continua en el Salon indien’, de Juan Antonio Bermúdez.
Sesión continua en el Salon indien propone un nuevo cruce de miradas entre poesía y cine.
Cada poema parte de la experiencia, siempre contextual y subjetiva, de ver una película: expande veladamente su sinopsis, dialoga con su propuesta estética o toma algún elemento formal o argumental como motivo poético. La escritura permite diferentes escalas de acercamiento y exime en cualquier caso al lector de la necesidad de conocer previamente el referente fílmico.
El conjunto se cierra con un largo texto en verso que apunta a modo de conclusión una historia del cine sin mayúsculas. Se trata casi de una abierta declaración política que, frente a cierta oquedad de la mitomanía cinéfila, afirma la necesidad y el goce de ver mejor para vivir mejor.
‘Tratado de ignorancia’, de José Luis Bernal es otro de los títulos que se presentan.
Tratado de ignorancia es el tercer libro de poemas de José Luis Bernal (Cáceres, 1959), tras más de veinte años de silencio (El alba de las rosas, 1990).
Desde la madurez y en un tono elegíaco y meditativo, los poemas de este libro reflexionan emotivamente sobre el amor y la muerte, sobre la inevitable desazón del paso del tiempo, así como sobre el conflicto amable y feraz con las palabras que la expresión de todo ello entraña.
Por último, ‘Hay un rostro’, de Elías Moro será la última obra en ser presentada.
Este es un libro contra la indignidad y el olvido, a favor de la esperanza y la claridad. Lugares, sucesos y personajes que se superponen para tratar de entender, si ello es posible, por qué la sinrazón y la crueldad se hacen tan presentes entre nosotros con tan feroz e inusitada frecuencia.
Estos poemas tratan -y acaso sea pretencioso por mi parte- dar la palabra a quienes ya no hablan, amplificar un eco de voces silenciadas que nos llegan de ultratumba. Ojalá alguno de sus versos sirva para enceguecer el miedo y el silencio, para alumbrar, siquiera con un pábilo tembloroso, la memoria de los dignos.
El acto será, como ya hemos dicho, el 17 de abril y tendrá lugar en el Salón de actos del Ayuntamiento de Almaraz.
