Cuando, hace dos años y medio, Elon Musk expuso su teoría sobre la posibilidad de que vivamos en una realidad simulada, no todos los noticieros mencionaron que, en realidad, citaba un ‘paper’ de 2003 del profesor N. Bostrom, de la Universidad de Oxford. Bostrom es profesor de Filosofía y actualmente dirige el ‘Future of Humanity Institute’ en la prestigiosa universidad británica.
El razonamiento es bastante asequible. Hace 40 años descubrimos el primer videojuego (‘Pong’, un ping-pong de lo más básico). Ahora podemos disfrutar de videojuegos en 3D con simulaciones complejas, jugados por millones de jugadores simultáneamente. Asumiendo que la tecnología mantenga su ritmo de progreso, llegará un momento en que será posible realizar simulaciones indistinguibles de la realidad. Entonces, argumenta Bostrom, el número de dichas simulaciones hará que sea más probable que nuestra realidad corresponda a una de ellas que a otra realidad verdadera. Musk hacía referencia a la parte final del argumento indicando que, de hecho, es probable que ese futuro ya haya llegado y que nosotros mismos correspondamos a algún videojuego hiperrealista de moda en, quién sabe, el siglo XXIII o XXIV.
Desde luego, resulta inquietante. Podemos asumir una capacidad tecnológica futura suficiente como para abordar el desafío planteado, y el resto de la tesis es tan plausible que desconcierta, puesto que conlleva terremotos filosóficos de enorme calado. ¿Podemos ser la recreación futura de nuestra época, llevada a cabo por nuestros tataranietos? Esas simulaciones, ¿recrearían individuos que hubieran existido, o esos ‘sims’ serían todos ficticios? ¿Pueden existir cientos, miles o millones de estas simulaciones funcionando en paralelo? De ser así, ¿contendrían todas ellas a las mismas personas o la propia evolución generaría individuos diferentes en cada caso? ¿Serían los individuos simulados (nosotros) ‘imagen y semejanza’ de nuestros descendientes? ¿O corresponderían al modo en que ellos pensaran que eran sus ancestros?
La lista de posibles preguntas es amplísima. Algunos entusiastas ya se apoyan en estimaciones de medio pelo para dar la teoría por cierta. Otros, detractores, la desestiman sin pararse a evaluarla, por absurda. Unos cuantos, prudentes, se conforman con advertir que la probabilidad de que nuestra realidad sea una simulación no es nula.
Enlaces:
www.simulation-argument.com/simulation.html
www.elblogsalmon.com/entorno/las-claves-socioeconomicas-sobre-si-elon-musk-lleva-razon-y-vivimos-en-una-simulacion-tipo-matrix
https://nickbostrom.com
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